El filipino Fr. Gerard Timoner elegido maestro de la Orden de Predicadores
El hasta ahora socio del maestro para la región Asia-Pacífico se convierte así en el 88.º sucesor de Santo Domingo de Guzmán
Fr. Gerard Francisco Timoner III O.P. ha sido elegido como maestro de la Orden de Predicadores. Se convierte así en el primer fraile asiático en ocupar el cargo y en el 88.º sucesor de Santo Domingo.
Fr. Gerard, de 51 años, ha sido hasta ahora socio del Maestro para la región Asia-Pacífico de la Orden de Predicadores. En 2014, el Papa Francisco lo nombró miembro de la Comisión Teológica Internacional del Vaticano, establecida por el Papa Pablo VI en 1969 para examinar cuestiones sobre asuntos doctrinales, en particular de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Timoner nació el 26 de enero de 1968 y es oriundo de Daet, Camarines Norte (Filipinas). Fue ordenado sacerdote en 1995, obtuvo su licenciatura en Filosofía en el Centro Filipino Dominicano de Estudios Internacionales en 1991 y su licenciatura en Teología en la UST en el año 1994. Se doctoró en la Universidad Católica de Nijmegen en los Países Bajos en 2004.
Ha ocupado, entre otros, los cargos de prior de la Provincia de Filipinas, vicecanciller y vicerrector de asuntos religiosos de la prestigiosa Universidad Santo Tomás de Manila y rector del Seminario Central de la UST de 2007 a 2012.
Buena persona, accesible, amable e inteligente
Para el filipino Benz Rodil, coordinador del Movimiento Juvenil Dominicano Internacional (IDYM), que conoce bien al nuevo maestro, Fr. Gerard es una buena persona, accesible, amable e inteligente. "Creo que será un gran sucesor del maestro Bruno y también creo que puede capacitar más a los miembros de toda la Familia Dominicana, desde frailes, monjas, hermanas, fraternidades sacerdotales, institutos seculares, hasta jóvenes del IDYM" reconoció Rodil. "La juventud debe estar unida en el cumplimiento de nuestra misión como una orden para predicar la verdad" añadió.
Una mirada no europeizante
Para Fr. Miguel Ángel del Río, vicario del Maestro de la Orden, el nuevo maestro puede aportar muchas cosas buenas a los dominicos, entre otras una mirada no europeizante: "la gran mayoría de maestros de la Orden han sido europeos, así que se trata de una forma diferente de ver las cosas". Añade también que Fr. Gerard Timoner es, además de una persona muy inteligente, un gran teólogo.
Toma de posesión
Los capitulares salieron de la sala capitular cantando el Te Deum en procesión, en último lugar el nuevo Maestro acompañado por los priores provinciales de las dos provincias más antiguas de la Orden: Hispania y Toulouse.
“Misión no es lo que hacemos, misión es lo que somos”
Una vez en la iglesia (vídeo), tras la oración inicial pronunciada por Fr. Jesús Díaz Sariego, prior provincial de Hispania, se leyó el evangelio de San Lucas: “El mayor entre vosotros sea como el menor, y el que dirige, como el que sirve”. El nuevo Maestro hizo profesión de fe y promesa, rezó el credo y prometió su cargo. En su primera intervención, Fr. Gerard hizo mención al pasaje de la vida de Santo Domingo en que, ante el Papa, insiste en que “nosotros (los dominicos) somos predicadores”. "No es que nos limitemos a predicar, es que somos predicadores. Misión no es lo que hacemos, misión es lo que somos”. E invitaba a “mirarnos a nosotros mismos, para reconocer cuál es nuestra identidad como predicadores del Evangelio. Porque somos predicadores incluso cuando no predicamos; somos predicadores incluso si no estamos ordenados; somos predicadores cuando estamos en la habitación en una investigación profunda; somos predicadores cuando ayudamos a los más desfavorecidos; somos predicadores en todo lo que hacemos…”
En su discurso, Timoner manifestó su deseo de ponerse al servicio de la Iglesia ofreciendo nuestra experiencia de comunión: “La esencia de la Iglesia es la comunión, concretado de una manera extraordinaria cuando los hermanos celebran la eucaristía. Los dominicos tenemos que servir a la Iglesia con aquello que somos: una comunión de hermanos. Ayudar a esta Iglesia a llegar a ser una fuerte comunión de hermanos. No tenemos que mirarnos a nosotros mismos continuamente, sino que tenemos que mirar a la Iglesia a la que tenemos que ayudar a servir y construir”.
En su humilde discurso el Maestro añadió que “los frailes, al acercarse para felicitarme tras la elección, me decían que iban a rezar por mí y eso es lo que me ha dado valor para llevar a cabo mi misión”.