In memoriam: misioneros dominicos en Perú
Recordamos a algunos de los frailes, ya fallecidos, que durante estos más de cien años trabajaron por las misiones en la Selva Peruana
Hace más de cien años, en la selva amazónica peruana, a causa de la esclavitud que llevó el boom del caucho, el gobierno nacional solicitó el ingreso de misioneros en aquellas tierras. La Santa Sede encomendó una Prefectura Apostólica (un tipo de jurisdicción territorial de la Iglesia Católica) a los dominicos españoles, hoy en día es el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.
Ahora, después de 111 años, los dominicos españoles dejan la misión encomendada en manos de los frailes dominicos de Perú de la Provincia de San Juan Bautista, al existir ya una entidad dominicana y local con suficiente autonomía.
Esta integración del vicariato Provincial de Santa Rosa de Lima en Perú (Provincia de Hispania) en la Provincia de San Juan Bautista de Perú es un momento histórico que coincide con la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado.
Recordamos a algunos de los frailes, ya fallecidos, que durante estos más de cien años trabajaron por las misiones en la Selva Peruana.
Mons. Fray Ramón Zubieta y Les 1864 -1921
Ramón Zubieta y Les nació el día 31 de agosto del año 1864 en Arguedas, pueblo de la Provincia de Navarra, España. Inicia el noviciado en la Provincia del rosario de la Orden de Predicadores el día 6 de diciembre de 1881. Se afianza su vocación misionera y después de emitir votos solemnes es destinado a Solano, al norte de la Isla de Luzón en Filipinas. El 31 de agosto de 1898 el P. Zubieta, que tenía treinta y cuatro años, al igual que otros misioneros es hecho prisionero. Permanece en la cárcel 18 meses en los que padecerá toda clase de golpes, insultos, bofetadas, azotes, torturas atroces. El 30 de diciembre de 1899 es liberado con otros supervivientes. El 27 de septiembre de 1901 recibe su nombramiento como Prefecto Apostólico de Santo Domingo de Urubamba y Madre de Dios. Embarca hacia el Perú.
El P. Zubieta se va a convertir en el agente activo y uno de los protagonistas que sacaron de lo desconocido el extenso territorio del Sureste Amazónico. En 1906 la Prefectura Apostólica cambia de Provincia Dominica pasando a pertenecer a la Provincia de España. La llegada de nuevos misioneros permite explorar nuevas rutas hasta los límites de Brasil y Bolivia y abrir nuevas misiones.
En el año 1912 la Cuenca del Madre de Dios se convierte en un nuevo Departamento Administrativo del Perú y la Prefectura es ascendida a Vicariato Apostólico. El Papa Pío X nombra al Vicario Apostólico como su primer Obispo. La Consagración Episcopal tiene lugar en Roma, el día 15 de agosto de 1913. En su viaje a Europa para ser Ordenado Obispo, expone al Papa Pío X sus planes, y conseguirá su sueño de encontrar Religiosas para sus misiones. Visita el Convento de Dominicas de Santa Rosa de Huesca quienes aceptan su pedido y regresa al Perú al frente de una expedición de cuatro misioneros y cinco religiosas Dominicas. Serán los inicios de la Congregación de Misioneras Dominicas del Santísimo Rosario, que es fundada oficialmente el 5 de octubre de 1918.
Fray José Pío Aza Martínez 1865 - 1938
José Pío Aza nace el 11 de julio de 1865, en la villa asturiana de Pola de Lena, dentro de una familia acomodada, y de profunda vida cristiana. Fruto del ambiente religioso familiar fue su vocación dominicana, ingresando en 1883 a los 18 años en el Convento de Padrón (Galicia). Se ordenó sacerdote en Santander en 1890. En Valladolid, su primer destino, desarrolló una intensa labor como predicador, director del Rosario Perpetuo y de la Academia de Santo Tomás.
Con cuarenta años y en plena actividad apostólica en la ciudad vallisoletana, el P. Pío abre su espíritu a nuevos horizontes apostólicos, incorporándose el año 1906 al nuevo Vicariato Misionero del Perú, recién abierto el año 1902. Fue uno de los seis primeros misioneros enviados por la Provincia de España. Prácticamente estructuró y organizó los Puestos Misioneros del Vicariato, sobre todo en la cuenca del Madre de Dios, donde fundó la misión de S. Luis del Manu en 1908, y la de S. Jacinto de Maldonado en 1910, dos años antes de su designación como capital del nuevo Departamento. En la cuenca del otro gran río del Vicariato, el Urubamba, fundó en 1918 la misión de S. José de Koribeni, de la que fue Superior muchos años, hasta que la edad y sus achaques le obligaron a salir en 1934. Y junto a esta gran tarea de ir abriendo los Puestos Misioneros, hay que colocar los importantísimos estudios que hizo de las lenguas de los nativos de la selva amazónica; bien se puede decir que aquí también el P. Pío fue el pionero que abrió los difíciles y complicados caminos del conocimiento de los distintos idiomas de los selvícolas del sur-oriente peruano, pues no había nada escrito. El año 1934 asiste al Capítulo Provincial en España y a pesar de que su salud acusaba el cansancio de la intensa actividad en las selvas amazónicas, no se resigna a quedarse en España. Regresa al Perú, falleciendo cuatro años después en Quillabamba.
Monseñor Fray Sabas Sarasola 1881 - 1944
Nació en Arizaleta (Navarra) el día 4 de abril de 1881. En 1898 ingresó en la Orden Dominicana. Siendo prior de Pamplona, fue preconizado obispo Titular de Tenaro y Vicario Apostólico del Urubamba y Madre de Dios en el año 1923. Consagrado obispo en la Iglesia de Santo Domingo de Pamplona el 2 de setiembre de 1923, y el mismo año viaja al Perú. En Perú funda el Hospital de Quillabamba. Crea la misión del Lago Valencia entre los Huarayos. Escribió muchos artículos en la Revista Misiones Dominicanas. Hubo tres temas que le preocuparon: La vida del misionero, la etnografía y el desarrollo del Vicariato.
Respecto a la vida del misionero hace una descripción de su situación: Escasez de personal, aislamiento forzoso de los indígenas, distancias inconmensurables, índole de los indígenas, universalidad de los conocimientos exigido a los misioneros, actividades diversas y complejas que deben efectuar. Todo esto complica la evangelización. Recomienda a los misioneros que escriban sus memorias, como experiencias que pueden servir para planificar una misión. Respecto a la etnografía le preocupa la Encíclica “Lachrimabili status indorum”, la lamentable situación de los indios, por la que el Papa Pío X exhorta a los obispos de la Amazonía a interesarse por la cuestión social de los indios, que son explotados, vendidos, comprados.
Mons. Fray José María García Graín 1883– 1959
Nació el día 25 de Agosto del año 1883 en Villalón, Principado de Asturias. En Corias, Asturias, ingresó al convento de los dominicos. Tomó el hábito el día 28 de septiembre de 1899, teniendo sólo 16 años de edad. El año 1927 llega al Perú, su primer destino fue Puerto Maldonado. Fue profesor en Cuzco (1930) y en la Universidad Católica de Lima (1933). El año 1947 fue designado Administrador Apostólico y Superior de Puerto Maldonado. El año 1949, el Santo Padre lo nombró Obispo titular de Alabanda y Vicario Apostólico de Puerto Maldonado. El 27 de Mayo del año 1959 falleció en Lima, en la clínica Stella Maris. Durante su gestión Episcopal, terminó la Capilla de la casa misión de San Jacinto de Maldonado; se construyó la Iglesia Parroquial de Maldonado; se levantó la Iglesia de San José de Koribeni, fundó la Asociación de Misioneros Seglares. Fue gran erudito en lenguas, dominando el hebreo, latín, griego, inglés, alemán, francés, italiano, quechua, machiguenga y, por supuesto, el español o castellano. Tomó especial interés en llevar adelante la misión del Rosario de Sepahua, favoreciendo la creación de estructuras, como iglesia, casa misión, colegio y las expediciones a los indígenas aislados.
Fray José Álvarez Fernández “APAKTONE” 1890-1970
El P. José Álvarez Fernández nació en Cuevas, Belmonte de Miranda (Asturias), el 16 de mayo de 1890. Fue ordenado sacerdote el 26 de Julio de 1916 y el 24 de diciembre de ese mismo año se embarcó para el Perú, a donde llegó el 21 de enero de 1917. Vivió en las selvas amazónicas durante 53 años, hasta su muerte, en Lima, el 19 de octubre de 1970.
Su vida es modelo de entrega y sacrificio por amor a los más necesitados. Realizó cientos de expediciones por los ríos y selvas del departamento de Madre de Dios para predicar el Evangelio. Por su amor y heroísmo incomparables, su cariño y simpatía hacia todos, mereció ser llamado por los indígenas de la selva con el nombre de APAKTONE, “papá anciano”. Otro grupo de indígenas amazónicos, mucho antes, le había llamado PAPACHí, “papá verdadero”: era el resultado de su convivencia con ellos entre los ríos Malinowski, Tahuamanu, Madre de Dios, Tambopata, Heath, La Torre, o en la Misión de San Jacinto de Puerto Maldonado o de Santa Rosa de Lago Valencia.
Es el prototipo de nuestros misioneros, ejemplo y modelo de entrega a los más necesitados. Realizó cientos de expediciones por los ríos y selvas del departamento de Madre de Dios. Fue llamado por los nativos “APAKTONE” (papá anciano). En el año 2000 se inició su proceso de canonización.
Fray Manuel García Marina 1892-1926
Manuel García Marina nació el día 20 de octubre de 1892 en el pueblo de Carabeos de Barruelo, cerca del Santuario de Nuestra Señora de Montesclaros (Santander). Ingresó en la Orden Dominicana en septiembre de 1912, viviendo su carisma como Hermano de Obediencia.
En 1917 llega a Puerto Maldonado donde permanecerá hasta su muerte. Excelente trabajador del campo logrando buenos cultivos de alimentación para la misión; construía casas de madera, manejaba muy bien la canoa. Hizo trece expediciones a los indígenas huarayos, y el 3 de marzo de 1926 rubricaba con su sangre su entrega generosa, muerto a manos del indio Shajaó. Dominaba perfectamente el idioma de los huarayos y era querido por ellos, incluso de su asesino, que le había recibido varias veces en su casa. El P. Wenceslao escribió: “Fray Manuel García Marina fue víctima de su ardiente caridad, digno remate de los héroes de Cristo”.
Monseñor Fray Enrique Álvarez González 1902-1948
Nació en Nembra, Asturias, el 23 de junio de 1902. Fue bautizado a los dos días en la Iglesia Parroquial de Nembra. En 1918 entra en el Colegio de Corias en donde estudia humanidades. Toma el hábito el 20 de junio de 1919. Embarca en Santander para Perú el 8 octubre 1927. Estuvo en Koribeni durante cuatro años, pero habiéndose enfermado de tuberculosis, fue internado en el Hospital Olaveyoga de la ciudad de Jauja (Huancayo) durante seis años hasta 1937. En Jauja creó un Comité de ayuda a las misiones, fundó la Hermandad de la Tercera Orden Dominicana y fue Capellán del Hospital. Repuesto de su enfermedad pasó a Quillabamba. El 7 de Marzo de 1946 es preconizado obispo titular de Scyro y Vicario Apostólico de Santo Domingo y Madre de Dios. Consagrado obispo en la Iglesia de Santo Domingo de Pamplona el 30 de junio de 1946 por el Nuncio Apostólico Mons. Cicognani.
Su primera preocupación como obispo fue enterarse de la situación de las misiones. Recopiló y leyó la información de los últimos años sobre la Amazonía, especialmente sobre el territorio asignado a su jurisdicción. Creó el Museo Misional, recogiendo las piezas que se habían exhibido en la Exposición de Misiones. Tomó interés especial por los documentos e informes publicados en la revista ANALES DE LA PROPAGACIÓN DE LA FE, en donde pudo constatar la preocupación de los obispos de la selva sobre el tráfico humano que tenía lugar en el Alto Ucayali y Alto y Bajo Urubamba. Tomó la decisión de fundar una misión en Sepahua bajo la advocación de la Virgen del Rosario, para lo cual nombró como superior al P. Francisco Álvarez. Llegado el día 2 de junio previsto, Mons. Enrique se embarca en Koribeni con dirección a Sepahua, acompañado del P. Domingo Elorza y del Hermano Agustín Ruíz, naufragando el mismo día en el río Urubamba, encontrando la muerte.
Fray Ángel Menéndez Rua 1895 – 1975
Nació en Asturias el 13 de Enero de 1895. Tomó el hábito en Corias el 16 de Agosto de 1912. En 1924 fue enviado a Lima (Perú) en donde permanece hasta su muerte acaecida el 6 de diciembre de 1975.
La vida del P. Ángel Menéndez Rua se ha distinguido por un trabajo y dedicación a la obra misionera en los lugares en donde ha sido asignado. En Lima promovió la devoción a Santa Rosa, San Martín y San Juan Macías y las peregrinaciones al Santuario de Santa Rosa.
Especialmente se distinguió por la ayuda a la fundación y desarrollo de la Misión de Nuestra Señora del Rosario del Sepahua. Cuando en 1947 se hacían los estudios para la creación de esta misión, el P. Ángel organizó un Comité de ayuda, integrado por hombre y mujeres comprometidos, que subvencionó los gastos de instalación de la misión: La primera iglesia, la residencia de los misioneros y los motores y canoas con los cuales los misioneros se trasladaban de una comunidad a otra evangelizando. La acción del Comité creció y extendió sus apoyos a otras misiones, hasta que en 1960 se crea en Puerto Maldonado y en Lima el Instituto Pío Aza, que centralizó todas las acciones externas del Vicariato, dando por terminado el apoyo del Comité.
Fray Ricardo Álvarez Lobo 1925- 2013
Ricardo Álvarez nació en Nembra (Asturias) el 11 de enero de 1925. Tomó el santo hábito de la Orden en el Convento de San Esteban el 8 de septiembre de 1944. Viaja al Perú y en 1952 ya está en la Misión de Ntra. Sra. del Rosario del Sepahua, donde, con algunas breves ausencias, permanecerá por 40 años. Desempeña los ministerios de Capellán de la Colonia Penal del Sepa y director del Colegio de secundaria.
En 1970 viaja a París realizando en la histórica Universidad La Sorbona estudios de Antropología, obteniendo el grado de Doctor en esta ciencia en noviembre de 1972.
Regresa al Sepahua y continúa en la dirección del colegio. En 1974 es socio fundador del CAAAP (Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica) y años más tarde funda el CESS (Centro de Estudios Sociales Sepahua). En esos años realiza y publica multitud de estudios sobre las distintas tribus nativas de la Selva, principalmente sobre los piros. Uno de sus libros “Los Piros: Leyendas, mitos, cuentos”, publicado ya en 1960, es traducido a diversas lenguas, entre otras el japonés. En 1991 se traslada a Lima al Santuario de Santa Rosa. Es profesor en la Universidad San Martín de Porres y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El 22 de marzo de 1995 es nombrado Maestro en Sagrada Teología, por el Maestro de la Orden. En 1996 publica el primer tomo de su monumental obra “Sepahua” sobre la historia de dicha Misión, de la que hasta 2003 ha publicado 11 tomos. A lo largo de los años ha publicado multitud de artículos en revistas científicas y de divulgación de la realidad amazónica. Su gran amor por las Misiones y las culturas nativas le impulsan a organizar en Lima, en el Santuario, un extraordinario archivo con todos los documentos que a lo largo de su vida estudiosa ha podido recopilar, convirtiéndose así en una fuente de investigación de primer orden para la historia de nuestras misiones.
Goza de extraordinaria fama como investigador y conocedor de las etnias de la selva y así es consultado e invitado a toda clase de eventos por instituciones públicas y privadas, compañías petroleras que trabajan en la selva, ONGs, etc. Fue gran impulsor de la creación del Centro Cultural José Pío Aza, de los Misioneros Dominicos en Lima, y del Museo antropológico y etnográfico que funciona en sus locales; y es miembro nato y permanente del Directorio de dicho Centro Cultural. Continúa en contacto permanente con su querida Misión del Sepahua y sigue preocupándose por sus nativos, manteniendo en Lima un albergue para los numerosos estudiantes de la selva que están haciendo estudios superiores y carreras profesionales.
Fray José Aldámiz 1920-1966
Aviador y misionero, el P. José Aldámiz nació en Lequeitio (Vizcaya) el 16 de noviembre de 1920. Después de recibir la ordenación sacerdotal en la orden dominicana pasó al Perú en 1946, donde fue Vicario Provincial de la Orden. En Puerto Maldonado fundó la emisora «Radio Madre de Dios», y en 1960 recibía el título de aviador Civil.
Provisto de una avioneta Cessna 695, la «Fray Martín», realiza vuelos de transporte de pasajeros y mercancías para las poblaciones necesitadas indígenas que habilitaban para los efectos unos rústicos aeropuertos en las afueras de los poblados. Murió pilotando esa avioneta el 24 de diciembre de 1966. Se dirigía a la Misión de Puerto Esperanza, en el río Purús, cuando comenzó a fallar el motor. Con una serenidad y una generosidad heroicas trató de calmar a las cuatro alumnas que desde el internado de Maldonado iban de vacaciones de Navidad a sus hogares en el río Purús. Y su gesto supremo, en la certeza del peligro, fue volverse hacia ellas y darles la absolución sacramental. Es el testimonio de dos de las alumnas, quienes, rezando a gritos el Ave María, cayeron sobre los árboles en una chacra de Flor de Acre. El Presidente de la República lo declaró “Héroe de la guerra de la Paz”.
Con más de 3,500 horas de vuelo sobre las selvas de la Amazonía, la lección de su muerte será imperecedera: sus manos sacerdotales no se utilizaron para evitar el golpe, sino para dar la absolución a sus acompañantes. Es el misionero del aire, que voló al Cielo. El aeropuerto de Puerto Maldonado lleva su nombre: “Aeropuerto Internacional Padre José Aldámiz”.
Fray Adolfo Torralba Serrano 1934-2005
El P. Adolfo Torralba, misionero dominico, nació en Valencia el 18 de noviembre de 1934. Ingresa en la Orden haciendo el noviciado en Palencia. Al término de sus estudios institucionales la vocación misionera le orientó hacia nuestras misiones en el Perú, siendo asignado a la misión de Puerto Esperanza, en el río Purús. Desde ese momento la imagen de nuestras misiones y de nuestras selvas comenzó a tener la firma del P. Adolfo que era un apasionado de la fotografía. Diez primeros años de intensa actividad misionera por las playas del Purús y sus afluentes visitando Amahuacas y Yaminahuas en las cabeceras de los ríos, y conviviendo con los Sharanahua, Mastanahuas, Chaninahuas y Culinas. Sus imágenes, en bellísimas fotografías, han dado la vuelta al mundo, así como los interesantes documentales plenos de valor etnográfico.
La última etapa de su vida la pasa en el gran río Urubamba, en la misión de Kirigueti. Desde allí realiza expediciones con el P. Ricardo Alvarez y el P. Joaquín Barriales a los ríos Inuya y Mapuya, visitando en las cabeceras a los Yaminahuas y Amahuacas; y las inolvidables expediciones al río Alto Timpía y Tikompinía de las que comenzaron a salir de sus manos y de su arte fotográfico los más bellos documentales sobre los Kogapakoris, los Matsigenka y los Ashianinka. Desde la misión de Kirigueti vivió la terrible experiencia del exterminio por parte de Sendero Luminoso de las comunidades ashianinkas del río Ene y protagonizó el salvamento aéreo de la misión de Kutivireni en su éxodo a Kirigeti. Necesitando reposo, es asignado a la Misión de Sepahua y, finalmente, a Quillabamba, con el propósito de recorrer todas las Comunidades Nativas Matsigenkas del Alto Urubamba y, quizá, poner su granito de arena en la emisora. En el viaje a Quillabamba, el 14 de Noviembre de 2005 Dios lo recoge en los cerros de Puerto Málaga para llevarlo a su tribu del Cielo. Regaló a la selva el P. Adolfo, desde su llegada al Perú el año 1960, cuarenta y cinco años de su vida.
Agradecimiento
Estos son solo una pequeña muestra de los cientos de hermanos ya fallecidos que dedicaron su vida a trabajar por la defensa de la dignidad de los pueblos indígenas y por su evangelización. Hay que sumar a esta lista a nuestros hermanos que han vuelto a España por motivos de edad o de salud después de años de dedicación misionera y que siguen al servicio de distintas tareas provinciales o se recuperan en las enfermerías mientras siguen rezando por las misiones y siguen siendo un testimonio de vida para todos. Y por supuesto a los que siguen trabajando sin descanso en Perú respondiendo a la petición que la Santa Sede hizo a los dominicos de defender los derechos de los pueblos indígenas y transmitirles el mensaje liberador del Evangelio, tarea ahora encomendada por el Maestro de la Orden a la Provincia de San Juan Bautista de Perú, pero que seguirá contando con la ayuda de la Provincia de Hispania. A todos los misioneros agradecemos su entrega y dedicación que es ejemplo para todos. Muchas gracias.