Inicio de curso del Centro de estudios Fray Bartolomé de Las Casas de La Habana
Presidido por el rector del centro, Fr. Lester Zayas, y alumnos de todos los cursos
El Centro de estudios Fray Bartolomé de Las Casas, de La Habana inició el curso 2019 – 2020 con un solemne acto en el que estuvieron presentes los alumnos de los diferentes cursos y diplomados que ofrece este centro: el Diplomado de Humanismo y Sociedad, Diplomado de Diseño Grafico, Diplomado en Marketing y Publicidad, Diplomado en Microsoft Office, Diplomado en Adobe Photoshop y Flash CS5 y los curso de idiomas, Inglés, Alemán, Italiano, el curso de formación Integral de adolescentes.
El acto estuvo precedido por el rector del centro fray Lester Rafael Zayas Díaz, la vicerrectora docente María Antonia Diéguez Guadalupe, y los frailes que integran la comunidad del convento San Juan de Letrán de La Habana, a la misma asistieron profesores y personal administrativo del centro.
El Centro Fray Bartolomé de Las Casas se ha ganado el respeto y aprecio de la comunidad de la Habana no solo por la calidad de la enseñanza que allí se imparte, sino por el ambiente de familiaridad, respecto, tolerancia y apertura que se genera entre los asistes a las aulas del mismo. Así lo expreso Madelyn Sánchez del Diplomado en Diseño gráfico al hablar en nombre de los estudiantes.
«Diversidad fue la palabra que ocupó mi atención el primer día de clase, es la que mejor representa el compromiso sincero hacia la sociedad y la formación de la futura generaciones, no solo como centro que imparte una diversidad de cursos y propuestas formativas, sino como un espacio que forja valores y les brinda a las familias cubanas una oportunidad de encausar por buenas sendas a sus jóvenes y adolescentes». Puntualizó Mayelyn Sánchez en su discurso
El discurso de apertura estuvo a cargo del rector fray Lester Rafael Zayas Díaz, quien enfatizó la llegada a la mayoría de edad del centro, pues éste cumple veintiún año de fundado.
Fragmento del Discurso de fray Lester Zayas Díaz rector del Centro Fray Bartolomé de las Casas
Estimados Alumnos del CFBC:
Buenas tardes:
Tener veintiún años si lo llevamos a la vida de un hombre o de una mujer te hace ser joven aún. Con esta edad se está saliendo de la adolescencia y nos vamos haciendo conscientes, tal vez por primera vez en la historia personal, que la vida va en serio, que no es un juego eso que llaman vivir. Tener esta edad te coloca en las fronteras.
Te pone justo ahí donde la vida vivida ha parecido un sueño, juego de niño, y donde se descubre que en la vida hay que soñar porque sin sueños no vale la pena. Pero los sueños de la primera juventud son terribles, exigen una responsabilidad y un coraje de futuro que hasta el momento no parecía necesario. Tomamos conciencia de que lograr un sueño solo es posible si apostamos al todo por el todo. No hay otra manera.
Hay que vivir soñando y trabajando. Soñando porque son los sueños los que mueven y llenan de esperanza y nos hacen creer que es posible un mundo mejor, que es posible la justicia y la paz y la sana convivencia y los grandes espacios de libertad y los magníficos ecosistemas donde todos somos hermanos y solo eso hermanos. Pero como no se puede vivir solo de sueños hay que trabajar.
Necesitamos que nuestros sueños se vuelvan sueños de vigilia, hay que soñar despiertos y poner manos a la obra para que aquello que es solo cosa pensada-soñada, res cogitans diría Descartes se vuelva realidad palpable, tangible cotidianidad, res extensa para seguir con Descartes. Nuestro Centro como institución está ahora también en la crisis fecunda de los veinte. Queremos que los enseñado en esta casa salga de las aulas, abandone la mente fecunda de sus alumnos y se haga realidad en la vida de la Cuba de hoy.
Nuestro Centro está soñando como un adolescente que fue o un juvenil que es con la fuerza de la palabra y con la fecundidad de la verdad que no espera, que no puede esperar. Pero nuestro Centro también quiere trabajar, quiere apostar por una enseñanza de calidad que no sea solo retórica y magisterio.
Lo nuestro es sembrar, sembrar inquietudes y anhelos, esperanzas y sueños sí, sueños nuevos en ustedes. Y siente nuestro Centro que hay que poner manos a la obra para que la semilla colocada en ustedes salga a la luz. No queremos que se apodere de ustedes la esclerosis prematura de quien cree que no vale la pena intentarlo porque nada se puede conseguir, no queremos que llegue prematuramente la vejez en ustedes llamados a hacer que las letras aprendidas en esta casa se conviertan en gestos de humanidad. Queremos contagiar nuestra juventud en ustedes y queremos que nos contagien de la vuestra. ¡Qué sabrosa enfermedad esta que nos llena de preguntas, qué sabrosa enfermedad la de querer hallar respuestas que transformen!
Terminado el acto los estudiantes de los diversos cursos y diplomados de reunieron con sus profesores y coordinadores para aclarar detalles sobre aspectos relacionado con la política educativa del centro.