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Obispo de Madre de Dios denuncia abusos en operativos de interdicción

13 de junio de 2014

Reacción del obispo dominico Monseñor Francisco González a las operaciones del gobierno peruano en contra de la minería ilegal en Madre de Dios.

El obispo de Puerto Maldonado, Francisco González Hernández, y el sacerdote Pablo Zabala Martínez, que realiza su labor eclesiástica en comunidades de la provincia del Manu en Madre de Dios, llegaron hasta el Congreso para pedir que el gobierno cese los operativos de interdicción que están generando destrucción y muerte en esta región.

"Vengo a denunciar para que esto no se dé más. Estamos ante un Estado que está cometiendo terror y acoso a una población que hoy está inerte, sin patrimonio, sin nada; temerosa y controlada por todos lugares. Creo que la interdicción tiene que acabar hoy mismo. En nombre de Dios que no siga con esto, no solo lo va destrozar a él sino a su gobierno", clamó González.

El obispo afirmó que durante los operativos de interdicción en Madre de Dios, se bombardea casas y elimina todo el patrimonio de mineros pobres. Ante ello, reclamó que si cometieron un delito, que sean juzgados, pero subrayó que nadie puede implantar un estado de terror, una invasión policial-militar que consiste en bombardear y hacer estallar absolutamente todo.

González se preguntó, qué puede conseguir el alto comisionado para la interdicción y formalización de la minería, Daniel Urresti, con haber quemado 80 motos lineales de los mototaxistas de la zona, o con incendiar farmacias, tiendas de abarrotes y otros negocios.

En la misma línea, el sacerdote Zabala Martínez hizo un llamado a detener los operativos de interdicción. Sostuvo que si bien la minería, tal como se desarrolla en Madre de Dios, no está bien concebida, nadie que les ha enseñado "el camino correcto".

"El problema no es minero sino de todo el pueblo. Se ha creado una situación tan difícil que cualquier día puede estallar", advirtió.

El clérigo señaló que ha enviado tres cartas abiertas al presidente de la República Ollanta Humala para alertarlo de la situación que se vive en Madre de Dios.