¿Para qué sirve la poesía? Un umbral del Misterio
Ese fue el título de la 4ª sesión de las conversaciones de San Esteban, a cargo de fr. Antonio Praena.
El Prof. Antonio Segura, dominico y poeta, galardonado con varios premios literarios, acaba de recibir el Premio Nacional de Poesía “José Hierro” 2011 por su libro Actos de amor. Con su verbo ameno y fluido, y en un tono coloquial y “conversacional”, fue abriendo todo un abanico de reflexiones sobre la potencialidad de la poesía como espacio de interiorización y de apertura a lo trascendente.
La poesía atraviesa todo el entramado de la vida. Nos lleva a la paradoja de la “utilidad” de lo inútil, como ocurre con las cosas del amor, sin el que es imposible condimentar la existencia. Gratuidad de lo poético que entraña cierto rumor de lo divino: ese amar en balde de la cruz de Jesús, manifestación del Dios-Palabra infundada (Jn 1,1). La poesía es plenitud y, como el mismo Jesús (Jn 10,10), invita a gozar de la plenitud de la vida en toda su calidad e intensidad. ¿No se da incluso cierta analogía entre el acto poético y las virtudes teologales?
El ponente fue desgranando su experiencia poética acompasándola con la lectura de breves poemas, quintaesencia de su pensamiento. Para la mirada creadora del poeta nada es mudo (1 Cor 10,14). Por eso es capaz de recrear el mundo como un tímido remedo del primer poeta: el Dios creador (“poietés”). Todos llevamos dentro la semilla poética, como aquel Jesús de los evangelios, recreador de la existencia con sus bellas imágenes parabólicas, trasunto del Reino de Dios. La poesía sabe rescatar y dignificar lo más pequeño y humilde, como María en el Magníficat. En definitiva, el lenguaje poético nos adentra en lo más nuclear del ser humano.
Concluyó su exposición comentando el papel que juega la poesía en el diálogo de la cultura y de la fe. Y es que la poesía entraña mucho aliento y espíritu, ese “ruah” divino que invadía a los profetas. Con frecuencia afloran en ella preguntas por el mundo de Dios y de la fe en Jesucristo. Desde esta “cristología de la poesía”, confesó incluso cómo la lectura de ciertos poetas “profanos y mundanos” le había descubierto en más de una ocasión espacios encubiertos de su propia fe cristiana. La poesía no tiene por qué ser mística para hablar sobre Dios.
Las Conversaciones, respetando el largo paréntesis navideño, se reanudarán el 17 de enero del 2012.