"El poema no explica el mundo: da fe de su misterio. La poesía es conocimiento revelado"
O_Lumen, el espacio para las artes y la palabra de los dominicos, acoge una lectura de poemas de Beatriz Villacañas
O_Lumen, el espacio para las artes y la palabra de los dominicos en Madrid, acogió el pasado viernes 11 de mayo la lectura de poemas de Beatriz Villacañas. El acto tuvo lugar en el espacio central, bajo la luz cenital del lucernario y rodeados de la obra de Kim en Joong, lo que, sin duda, proporcionó a la lectura un halo extático y contemplativo.
Autora de una obra que abarca la poesía, el ensayo, la narrativa, la crítica literaria y el aforismo, especialista en literatura anglosajona, miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Beatriz Villacañas compartió con un numeroso público poemas tanto de corte clásico (sonetos, silvas) como más contemporáneo.
En su voz los asistentes descubrieron cómo las formas clásicas cobran plena actualidad cuando entran en ellas motivos de nuestro tiempo. Así, Villacañas declaró que para ella el soneto no es una cárcel, sino una casa. Una casa que, sin duda, ella hace acogedora y dando cabida en ella a temas como el amor, la resurrección o la fe.
Una poeta sinceramente religiosa y esperanzada
En efecto, Villacañas se manifestó como una poeta sinceramente religiosa y esperanzada. Su fe, sin embargo, no la lleva a enmascarar u ocultar el dolor, sino a buscar respuestas para él, búsqueda y respuesta que encuentran su cauce de expresión y de encuentro en el camino de la poesía, sin la cual, declaró, le resultaría más difícil afrontar la vida.
A lo largo del recorrido por sus numerosos libros, con momentos de gran hondura expresiva, Villacañas demostró su versatilidad y la gran gama de registros por los que ha transitado siempre en busca de la luz, incluso en los momentos más dramáticos. En este sentido, Beatriz leyó el poema dedicado a la que era entonces su alumna de filología, Angélica González García, quien falleció en los atentados terroristas del 11-M. Los padres de Angélica se encontraban en la sala de O_Lumen. Fue, sin duda, un momento emocionante que desencadenó los aplausos de los presentes. La emoción cobró significado y se hizo palabra luminosa en el poema.
Tras la lectura, Villacañas compartió una conversación abierta con Antonio Praena. Y así, el público descubrió que, para ella, el poeta verdadero es el que tiene la facultad de ver lo invisible en lo visible y de percibir el corazón sagrado de la carne y de las cosas.
Se puedo descubrir, igualmente, que para Beatriz la poesía no se dosifica en etapas de aprendizaje: se revela toda entera, es epifanía. Y que el poema no explica el mundo: da fe de su misterio. La poesía es conocimiento revelado. La palabra del verdadero poeta siempre tiene potencia reveladora, amplía el horizonte de percepción, hace ver aquello que es diferente a lo conocido, hace ver lo diferente en lo conocido.
Villacañas ha realizado igualmente una importante labor para editar la obra completa de su padre, Juan Antonio Villacañas. Preguntada al respecto, manifestó que, en efecto, muy probablemente a su padre le perjudicó ser un poeta abiertamente creyente y religioso, en un momento en que este carácter confesional empezaba a ser relegado en la poesía española.
Aunque actualmente el carácter religioso es algo que no abre demasiadas puertas en el mundo literario, Villacañas y Praena dialogaron sobre cierto renacer de la poesía explícitamente cristiana; una poesía, eso sí, renovada en su estilo. Lo cual dejó un dato esperanzador con el que concluir esta brillante velada.