Profesión solemne de cinco frailes dominicos en Valencia: Un testimonio de fe y compromiso
La ceremonia ha sido presidida por Fr. Jesús Díaz Sariego OP, en la Basílica San Vicente Ferrer
En una emotiva y solemne ceremonia celebrada el domingo 30 de junio en la Basílica San Vicente Ferrer de Valencia, cinco frailes dominicos realizaron su profesión solemne, reafirmando su dedicación y compromiso con la Orden de Predicadores y su misión evangelizadora. La ceremonia fue presidida por fray Jesús Díaz Sariego, prior provincial de la Provincia de Hispania.
Los cinco frailes de las provincias de Hispania y de San Vicente Ferrer en Centroamérica que pronunciaron sus votos perpetuos fueron:
- Fray Ariel Herrera Borges, O.P.
- Fray Carlos Alejandro Alonzo de León, O.P.
- Fray Henry Arnulfo Cruz Martínez, O.P.
- Fray Guido José Torre Gannown, O.P.
- Fray José Enrique Pacheco Vidal, O.P.
La Basílica San Vicente Ferrer, un lugar emblemático y de gran importancia para la Orden, se llenó de familiares, amigos y miembros de la familia dominicana, quienes se congregaron para acompañar a los nuevos profesos en este significativo paso de su vida religiosa. Multitud de personas les acompañaron también a través de la retransmisión por el canal de YouTube de Dominicos España.
En la homilía, el Provincial quiso destacar la importancia de interiorizar y reflexionar sobre la Palabra de Dios para alcanzar la paz interior. Dirigiéndose a los nuevos profesos, señaló que la paz interior "nos da equilibrio, fortaleza en la debilidad, serenidad ante la adversidad, juicio y criterio en la diversidad". Enfatizó que esta paz, que tiene sus raíces en Dios, es esencial para la vida religiosa y la vocación dominicana. Asimismo, subrayó que la profesión religiosa hasta la muerte es un compromiso de buscar a Dios en todas las situaciones de la vida y encontrar su presencia también en las palabras y experiencias de los demás.
"La paz interior es un regalo, un don de Dios y de la vida, pero también es un trabajo personal que cada uno hemos de hacer", afirmó, destacando la importancia de trabajar en nuestros impulsos y emociones para lograr una vida equilibrada. También recordó la necesidad de escuchar y buscar la verdad en los demás, especialmente en quienes sufren.
Díaz Sariego concluyó su homilía invitando a los frailes a reflexionar sobre la expresión de Jesús en el Evangelio: "Contigo hablo, niña, levántate", como una llamada a cultivar la paz interior y la obediencia a lo largo de su vida religiosa.
La ceremonia estuvo marcada por momentos de profunda espiritualidad y reflexión. Los frailes, tras años de formación y discernimiento, realizaron sus votos perpetuos ante la asamblea, sellando su compromiso de vivir según los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.
Fray José Enrique Pacheco, en nombre de los cinco frailes profesos, expresó su gratitud a Dios, fuente y cumbre de su vocación, y agradeció a la Provincia de San Vicente Ferrer y de Hispania, a sus formadores, familiares, y comunidades. Destacó el apoyo y amor recibidos, y pidió que su vida refleje la presencia de Dios. Finalizó diciendo: “Gracias, pues ¡Ay de nosotros si no predicamos el Evangelio!”.
Después, el Provincial de Hispania dio las gracias a Ariel, Carlos Alejandro, Henry Arnulfo, Guido José y José Enrique "por el tiempo compartido, por la vocación participada, por ser parte de nuestra familia" y les deseó su vida a través de su profesión solemne "sea realmente alegre y feliz, como frailes predicadores que sois". También les señaló que "Los religiosos, las religiosas somos ciudadanos del mundo y podemos ir a cualquier parte allá donde nos asignen, porque quizás algo que mueve nuestra vocación es intentar estar donde Dios está especialmente ausente, o es ausentado, mejor dicho, que ahí esté siempre presente la Iglesia a través de la vida religiosa".
La jornada concluyó con una celebración fraterna en la que los asistentes pudieron compartir sus felicitaciones y buenos deseos con los nuevos profesos. Este acto no solo marca un hito en la vida de los frailes, sino también en la comunidad dominicana, que sigue creciendo y fortaleciéndose en su misión evangelizadora en las Provincias de Hispania y San Vicente Ferrer.
La Orden de Predicadores se enorgullece de estos nuevos miembros que, con su entrega y dedicación, seguirán llevando la luz del Evangelio a todos los rincones del mundo, fieles al carisma de Santo Domingo de Guzmán.