Retiro de religiosos y sacerdotes de la archidiócesis de Malabo dirigido por el dominico José Ángel Lantz

Con la participación del arzobispo, Mons. Juan Nsue Edjang Maye

  Con un temple tranquilo, pausado, unas reflexiones bien trenzadas y unos momentos en los se colaban algunas anécdotas de vivencias personales para ilustrar mejor las ideas de la meditación. Así en la mañana silenciosa, porque este día no hubo catequesis de los 356 niños de primera comunión, del sábado, día 3 de marzo que empezó siendo lluviosa, se desarrolló el retiro dirigido por el fraile dominico español fray José Ángel Lantz Gartzia.

  Este día, la Parroquia Santa Maravillas de Jesús de Malabo, dirigida por los dominicos, había acogido a todos los religiosos, religiosas, sacerdotes de la diócesis encabezada por el arzobispo Mons. Juan Nsue Edjang Maye, quien asistió como uno más al retiro, necesitado de la misericordia de Dios en este tiempo de la Cuaresma.

  La meditación del dominico se centró en las tres tentaciones que afectan hoy a la vida religiosa y a la Iglesia. La reflexión estuvo muy bien desglosada, documentada y pensada. Se notó que hablaba un dominico.

  Tras la meditación, tomó la palabra el arzobispo, agradeciendo al fraile dominico por sus reflexiones y ánimo al grueso de religiosos y religiosas por potenciar momentos iguales para rezar juntos y crecer como Iglesia en salida. La meditación continuó con la adoración al Santísimo en el templo durante dos horas, donde muchos hombres y mujeres de hábito y de sotana, aprovechando el retiro, se confesaron, recibiendo así la gracia y misericordia de Dios.

  Se marchó el arzobispo antes de la misa, presidiendo así el último acto del retiro el vicario episcopal del clero y la vida religiosa de la diócesis.

  Antes de la despedida, hubo ocasión para el ágape fraterno, no faltó la tortilla española, marca de la casa.

  Al final, todos coindieron en lo provechoso que había sido el retiro y las palabras del fraile dominico, quien se estrenó con un sobresaliente. Al instante, le llovían ya particiones de párrocos para predicar a sus grupos y asociaciones durante la Santa Cuaresma.

Fray Roberto Okón Pocó, O.P.