San Esteban vuelve a contar con botica dos siglos después.
Los dominicos abren un espacio con recetas y material del siglo XIX.
La desamortización de Mendizábal en el año 1835 vació el patrimonio de los conventos y las órdenes religiosas. Entre las pérdidas, el convento de San Esteban se quedó sin su botica, un referente que databa del siglo XVI cuando se tiene constancia del primer boticario del convento. Antonio Torres, en el año 1506.
Con el objetivo de recordar el patrimonio perdido, los dominicos han habilitado una sala recreando una vieja botica a la que han dotado de contenido gracias a la donación de la familia de un boticario muy vinculado a la Orden de Predicadores de los Dominicos, D. Isidro Puerto González. Gracias a esta contribución, los visitantes podrán observar los materiales que se utilizaban a finales del siglo XIX y principios del XX en las boticas que previamente adquirió este farmacéutico a Ángel Sánchez Villanueva y a del licenciado Gallego de Cebreros (Ávila). Trinidad Puerto y María Araceli Puerto destacaron la importancia de que estos productos salieron a la luz “en un convento donde se aprecia tanto la ciencia”.
Antiguos recetarios, los frascos de cristal utilizados para realizar pomadas, un granatorio, con el que se medías las cantidades exactas para la administración a los enfermos son algunos de los elementos curiosos que pueden encontrarse entre los más de 300 productos que se exhiben en la parte superior del convento dominico, junto al coro y del museo.
El responsable de Patrimonio del convento dominico, Lázaro Sastre, detalló la importancia de la muestra para poder observar “cómo ha evolucionado la botica en un lugar donde permanecerá por muchos siglos”. Entre las obras también se pueden ver varias piezas que se conservaron de la antigua botica del convento de San Esteban.
Para poner esta sala a disposición del público, la comunidad ha adaptado la iluminación y los espacios de la sala con la incorporación de un mobiliario específico. En este aspecto los responsables destacaron que será la primera colección de este tipo que se expone al público de forma permanente. La obra ha sido financiada por la orden religiosa.
La Gaceta
Vídeo de la Inauguración