Seguid regalando misericordia
Con unas vísperas en el Monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid,se abría el año Jubilar de la Orden de Predicadores en España, sumándose a la multitud de celebraciones de todo el mundo.
Cuatrocientas personas abarrotaban la iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real de Madrid el pasado sábado en la celebración que abrió el año Jubilar dominicano en España. Frailes, hermanas de vida activa, monjas, laicos y jóvenes dominicos de todo el país, además de religiosos y religiosas de otras órdenes (entre ellos el presidente y la vicepresidenta de Confer) reunidos en torno a la pila bautismal de Santo Domingo, en una celebración presidida por el arzobispo de Madrid Monseñor D. Carlos Osoro.
Tras escuchar el mensaje del Maestro de la Orden, un niño fue el encargado de encender el cirio del Jubileo simbolizando la actualidad y futuro del proyecto dominicano, respaldado por 800 años de predicación.
En la homilía el arzobispo mostró su cariño a la Orden de Predicadores, "testigo es Dios de lo mucho que os quiero", y transmitió un triple mensaje a los dominicos y dominicas: “Gracias, llamados y ocupados. Gracias a Dios; llamados a vivir la fe como peregrinos y ocupados en regalar la Gracia del Señor, el amor y la misericordia de Dios en el lugar concreto donde están los hombres”. Un mensaje, que según don Carlos Osoro, los dominicos llevan haciendo durante 800 años, siguiendo la huellas de Santo Domingo. Pero este Jubileo pretende ser sobre todo una proyección hacia el futuro: “Seguid regalando misericordia en este momento de la vida y de la historia de los hombres donde quizá es más necesario que nunca acercar la novedad y la alegría del Evangelio al corazón y a la existencia de todo ser humano”.
Al finalizar la oración, mientras se cantaba el himno del Jubileo, Don Carlos hizo entrega de antorchas encendidas en el cirio del Jubileo , a cada uno de los superiores de las comunidades de frailes, monjas, hermanas y laicos presentes en la celebración, para que las llevasen a sus lugares de origen. Las antorchas recuerdan el carisma dominicano: renovar la predicación, comunicar a todos la luz de la fe. Alumbrar y no brillar.
Una vez finalizada la celebración, el grupo Alia música interpretó varias piezas de música medieval del siglo XIII, del tiempo de Santo Domingo de Guzmán, algunas tomadas del Prototipo litúrgico, un libro del siglo XIII que se conserva en San Esteban de Salamanca y que recoge toda la liturgia dominicana. Entre las piezas musicales, se leyeron unos textos de Santo Tomás de Aquino sobre la Eucaristía.