"Seguir a Jesús en el camino de la cruz"
La fraternidad laical de Valencia y los frailes del convento de Predicadores celebran juntos el Triduo Pascual
La fraternidad laical de Valencia ha celebrado el Triduo Pascual de 2019 en la Basílica de San Vicente Ferrer con la comunidad de frailes dominicos del Convento de Predicadores. Este año surgieron bonitas novedades ya que se pudo preparar estos días y vivir las celebraciones con los catorce frailes estudiantes que permanecieron en el convento, debido a que solo se fue un pequeño grupo de ellos a celebrar la Pascua Rural con el Movimiento Juvenil Dominicano.
Los días previos a la Semana Santa se formaron tres grupos de trabajo con los miembros de la fraternidad y los frailes –encargados de preparar las celebraciones de cada día- y un cuarto grupo de cantores. Fue una experiencia muy enriquecedora para ambas partes.
Espíritu de la Familia Dominicana
Igualmente los laicos y frailes, así como las personas que quisieron sumarse, oraron y predicaron conjuntamente en la hora de laudes estando presente el espíritu de la Familia Dominicana.
Los encargados del Jueves Santo comenzaron por la mañana preparando la decoración del monumento en la capilla donde se iba a exponer el Santísimo. En el conjunto resaltaba la frase: “Sed mansos y humildes”, ya que el hilo conductor que se decidió para este día era “La Humildad”. La celebración de la Cena del Señor resultó muy entrañable cuando Fray Moisés Pérez, que presidía la eucaristía, bajó del altar para lavar los pies o las manos a los asistentes que voluntariamente quisieron ofrecerse. También destacar que la colecta del Jueves Santo, día del amor fraterno, se destinó a Mozambique, como ayuda de emergencia, ante la enorme devastación que originó el paso del ciclón Idai por la ciudad de Beira y que nuestras Hermanas Dominicas que viven en aquel país, se encuentran ya ayudando en la zona.
Posteriormente compartieron la cena, la comunidad de frailes y la fraternidad de laicos en el comedor del convento y, sin tiempo de poder tener un espacio para la tertulia, regresaron a la capilla de la basílica para acompañar al Señor donde se realizó una hora de profunda oración, contemplación y meditación.
El viernes por la mañana, el recorrido del Vía Crucis hizo meditar sobre nuestra disponibilidad para seguir a Jesús en el camino de la cruz y consiguió penetrar y consolidar nuestro ser bautismal: la inserción en la muerte y resurrección de Cristo. Por la tarde se vivió una celebración donde se oró por toda la humanidad y se realizó una adoración de la cruz en donde se recordó que Jesús sigue hoy sufriendo por todos los hombres que padecen violencia, que son humillados, perseguidos o están solos. Ante ésta situación sólo nos queda pedirle al Dios crucificado: ¡Señor, que no me quede indiferente!
La celebración estuvo presidida por Fr. Vicente Botella, y en su predicación hizo una visión de la cruz desde dos ópticas: desde la perspectiva de los que crucifican a Jesús, ejerciendo la autoridad del poder, triunfando la injusticia y la manipulación; o también se puede ver la cruz como un camino que conduce a la salvación. Es decir, Jesús recibe libremente la cruz del rechazo de Dios, la vacía del odio y de la muerte y la llena del amor que da sentido a su existencia; en suma, la colma de Dios.
Y fue el sábado, bien entrada la noche, cuando se juntaron frente al fuego, símbolo de la luz que sale de la oscuridad del sepulcro e ilumina la vida de los hombres, que fue bendecido por el prior provincial, Fr. Jesús Díaz. Se cantó el Pregón Pascual y se leyó la historia de la salvación a la luz del cirio pascual y de las velas de los asistentes. Pero llegado el momento de entonar el Gloria, se encendió toda la iluminación de la Basílica que había permanecido a oscuras y los asistentes lo acompañaron tocando campanillas. También se renovaron las promesas del bautismo y se reafirmó la fe ante Cristo Resucitado.
Finalizada la celebración, los frailes obsequiaron a todos los asistentes con un pequeño ágape en el mismo atrio de la Basílica, lo que permitió realizar felicitaciones por Jesús Resucitado, pero sin olvidar que coloca a todos ante la disyuntiva de enrolarse en el mundo nuevo inaugurado por Él, que es camino de Vida para todos.
Javi Expósito Haba
Presidente de la Fraternidad