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Sor Eva de la Soledad hace profesión solemne como monja dominica en Toro

15 de abril de 2025

La comunidad del convento del Sancti Spiritus celebró con alegría y emoción la entrega de sor Eva en una ceremonia presidida por el Obispo de Zamora

[Diócesis de Zamora] En un emotivo acto, sor Eva de la Soledad hizo profesión solemne como monja dominica en el Convento del Sancti Spiritus de Toro. La ceremonia se celebró en la capilla instalada en al antiguo coro del convento, ante la presencia de la comunidad religiosa, familiares y amigos de la profesanda.

La profesión solemne es un momento crucial en la vida de una monja, en el que se compromete a vivir según los votos de pobreza, castidad y obediencia. Sor Eva de la Soledad, después de un período de formación y discernimiento, decidió consagrar su vida al servicio de Dios y a la oración.

Durante la ceremonia, sor Eva de la Soledad pronunció sus votos solemnes ante la priora del convento, sor María Cruz. La profesa se postró en el suelo, simbolizando su entrega total a Dios, y recibió la bendición de la priora. Otro de los momentos más emotivos fue la lluvia de pétalos que cayo sobre sor Eva, postrada en el suelo.

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La misa estuvo presidida por el obispo de Zamora, D. Fernando Valera Sánchez, quien destacó la importancia de la vida consagrada y la dedicación de sor Eva de la Soledad al servicio de Dios. Don Fernando invitó a sor Eva a descubrir que:

La presencia de Jesús lo es todo

“La presencia de Jesús lo es todo, esta es la fuerza de la vocación contemplativa. La vida dominica tiene una referencia muy importante en María, en sus misterios del Rosario, oración donde el centro es Jesús, los misterios de su vida, el Evangelio hecho carne. Dios que se ha hecho uno de nosotros necesita de la carne de María, como hoy en esta profesión religiosa”.

En la eucaristía estuvieron también varios sacerdotes, incluyendo el vicario para la Delegación de Comunión Fraterna, D. Juan Luis Martín Barrios, y el clero de Toro. En el camino que sor Eva emprende el amor de Jesús ha de ser siempre el centro. Así, D. Fernando le recordaba su llamada a:

Siempre libre para responder.

“Amar como Jesús. Con sinceridad. Sin segundas intenciones. Sin instrumentalizarlo nunca. Siempre libre para responder. Evitando el peligro de lo mundano. Que se pega y se combate solo con el cariño interior que nace de la contemplación de Jesús. Es el camino de la oración cristiana. Es decir, hacerte capaz de ver el mundo con los ojos de Dios. Participar de su macrotimia. De su forma de pensar y sentir con magnanimidad”.

Finalizada la eucaristía, sor Eva, visiblemente emocionada compartió con los presentes una profunda acción de gracias, tras lo cual todos los asistentes pudieron compartir un tiempo de fraternidad, para felicitar a sor Eva de la Soledad y compartir un momento de alegría y celebración.

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