El dominico Fr. Sixto Castro, autor del guion de una de las sedes de Las Edades del Hombre
La Colegiata del Bierzo como museo de la hospitalidad que llega hasta nuestros días
Don Felipe VI ha inaugurado la XXVII edición de Las Edades del Hombre que se celebra este 2024 en Iglesia de Santiago y en la Colegiata de Santa María de Villafranca del Bierzo (León); que en esta edición es sede compartida con la Cripta del Pórtico de la Gloria de la Catedral y en el Monasterio de San Martín Pinario de Santiago de Compostela.
Durante la inauguración, Su Majestad el Rey ha estado acompañado por el patronato de la Fundación, encabezado por el presidente, el obispo de Osma-Soria, Mons. Abilio Martínez Varea y el obispo anfitrión, Mons. Jesús Fernández.
Su Majestad el Rey ha comenzado su visita en la Iglesia de Santiago donde tras una introducción descriptiva a cargo del comisario de la muestra, Miguel Ángel González, se ha proyectado el audiovisual inmersivo sobre la exposición, que introduce al visitante en la temática de esta edición de una forma impactante, con la que se aborda esa hospitalidad a lo largo de la historia y cómo se ve en la actualidad.
Gracias a Su Majestad el rey por presidir el acto de inauguración de Hospitalitas, la XXVII edición de Las Edades del Hombre.
— Las Edades del Hombre (@Las_Edades) June 13, 2024
Y gracias a todas las autoridades por acompañarnos en este importante día. pic.twitter.com/GYp9uvLOB5
Posteriormente, se ha trasladado a la Colegiata de Santa María, donde ha recorrido la exposición, cuyo guion es obra del dominico Fr. Sixto Castro, catedrático de Estética y Teoría de las Artes.
La Colegiata de Santa María, alberga 110 piezas llegadas desde diferentes puntos, como la Diócesis de Astorga, la Archidiócesis de Burgos, la de Valladolid, la Diócesis de León, Zamora u Orense, que cede a Villafranca para esta ocasión una importante pieza de alabastro chino-filipino que se guarda en la localidad de Celanova.
También se puede ver “La visión de San Francisco” de El Greco, que llega desde la Diócesis de Cádiz o tallas del prestigioso escultor Luis Salvador Carmona. La muestra se estructura allí en cuatro estancias principales (vinculadas con la letra, la alegoría, el sentido moral y la anagogía), más el Preludio y los testimonios finales.
HOSPITALIDAD (hospitalitas)
Los cuatro sentidos de los textos y de las imágenes
El lema que preside esta exposición de Las Edades del Hombre es el texto que encontramos en la epístola a los hebreos (13, 2): “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”. ¿Cómo representar esa demanda de memoria y de conducta recta? Mediante imágenes. Las imágenes hacen cosas. No solo describen y cuentan hechos e historias, sino que animan la vida cristiana, proponen modelos de acción, ilustran el dogma, dan forma a la esperanza y, en no pocas ocasiones, llegan donde la palabra no puede llegar. Hemos planteado, por ello, esta exposición, como una imagen de imágenes: un gran fresco compuesto de cuatro estancias. Cada una de ellas se corresponde con uno de los cuatro modos de significar que, según la tradición medieval recogida por el Catecismo de la Iglesia Católica (CIC 115-118), hay en cada texto. El adagio latino que hace referencia a esta pluralidad de sentidos se atribuye al dominico Agustín de Dacia, que lo compone como resumen de la doctrina expuesta, entre otros, por Tomás de Aquino. Dice así:
"Littera gesta docet, quid credas allegoria,
moralis quid agas, quo tendas anagogia"
(La letra enseña los hechos, la alegoría lo que has de creer, el sentido moral lo que has de hacer y la anagogía a qué has de tender).
Los hechos de Dios, así pues, nos dan la imagen del Dios en el que creemos, es decir, son muestra de lo que hemos de creer, de lo que hemos de hacer y de lo que nos cabe esperar. Todo ello es parte del mismo fresco que pinta una imagen.
Hemos elegido el término “estancias” para denominar cada una de las perspectivas que configuran el fresco que es Hospitalitas precisamente por la riqueza semántica de ese término. “Estancia” hace referencia tanto al tiempo como al espacio en el que se está. Una estancia es una habitación, una sala, pero también es una duración determinada. Nos demoramos en tiempos y en espacios múltiples. “Estancia” significa también un modo de estar, una experiencia. No olvidemos, finalmente, que “estancia” es un término teológico de resonancias escatológicas: “En la casa de mi Padre hay muchas estancias” (Jn 14, 2). Si cada uno de los sentidos de la Escritura es una estancia en la que detenerse, también lo es cada uno de los sentidos de las imágenes que se muestran en esta exposición. Cada estancia conforma un espacio, demanda un tiempo y requiere la disposición a dejarse hacer.
La exposición comienza con un preludio, las obras de misericordia, que son un resumen de la hospitalidad cristiana. Se despliega luego en las cuatro estancias nombradas: 1) Littera-gesta: todo parte de una historia, en la que se presentan los personajes y los hechos de hospitalidad que narran la Biblia y las tradiciones mitológicas; 2) Allegoria-credere: ¿qué he de creer?, en la que se muestra que las imágenes aluden al carácter hospitalario del Dios cristiano; 3) Moralis-agere: ¿qué de he hacer?, en la que hacen presentes los modelos de acción que revelan las imágenes (“anda y haz tú lo mismo”);4) Anagogia-tendere: ¿qué me cabe esperar?, donde se hace patente que las imágenes hablan de la expectativa radical del creyente.
Fr. Sixto Castro, O.P.