Sobre el sentido de la vida a modo de testamento.
Primera sesión del curso en La Academia Santo Tomás de Aquino, con fr. Luís Lago Alba, OP, profesor jubilado de Teología en la Facultad de San Esteban.
En el convento de San Esteban tuvo lugar la primera sesión del curso de la Academia de Santo Tomás de Aquino, a cargo del fray Luis Lago Alba, con el título “sobre el sentido de la vida a modo de testamento”. Fray Luis Lago Alba es berciano de nacimiento, fraile dominico y profesor jubilado de Teología en la Facultad de San Esteban, en la que ha impartido clases de teología Fundamental y Ecumenismo. En esta sesión el profesor ha impartido sobre el sentido de la vida, desde una experiencia propia y existencial, fruto de una serie de reflexiones desde hace diez años, que quiere denominar credo – testamento.
La Academia de Santo Tomás de Aquino, fue fundada por el dominico francés Gil de Villanova, en el año 1881, con profesores de la universidad de Salamanca y frailes del convento de San Esteban. La fundación de la Academia, respondía a las directrices del Papa León XIII que había declarado al Doctor Angélico patrono de Universidades, Estudios y Escuelas católicas, el 4 de agosto de 1880. En el año 1892 se encargó de organizar los festejos del Centenario del descubrimiento de América. En ella han participado y colaborado importantes profesores de la universidad, como don Miguel Unamuno. En su larga historia ha tenido momentos de interrupciones, inició una tercera etapa en el año 1985. Junto a la teología están representadas diferentes áreas de saberes, las ciencias, las matemáticas, la filosofía, la historia, la geología, etc. La dinámica de las sesiones está estructurada en dos tiempos: una exposición del tema previsto a cargo de uno de los profesores y un amplio coloquio entre todos los participantes. Los temas tratados son muy amplios, desde la muerte al proyecto genoma, la Dios en Teología a la guerra del Golfo, la mística o el agnosticismo.
El profesor Luis Lago, partió del misterio del ser humano, citando a don Antonio Machado, el alma (el poeta) se orienta al misterio. La verdad profunda se adentra en la razón misteriosa o poética buscando esa verdad profunda que es inefable y se sitúa más allá de las ciencias. Esa verdad ignorada se aborda desde la vida, el amor y la muerte. Las puertas de ese misterio se abren con el asombro y el estupor, la perplejidad y la pregunta, así se lo planteó Kant. En el origen del pensar humano está el asombro: Hay muchas cosas asombrosas, pero no tanto como el ser humano (Antigona). La realidad del misterio solo se esclarece en el Verbo Encarnado.
Pero misterios son el gozo, el dolor, la gloria, la luz. Momentos de gozo y de luces en el amor, en la cercanía del otro y por la presencia del Señor. Momentos de dolor y de contrariedad, donde se pone de manifiesto todo nuestro desamparo y desconsuelo, como en Getsemaní o en la cruz. Momentos de gloria y de esperanza, donde todo se transforma y viene la luz. Sólo el que conoce el gozo, está capacitado para el sufrimiento, sólo el que conoce el sufrimiento está preparado para creer en la resurrección. El camino es la razón mistérica, desde las grandes pasiones como apuntaba B. Russel, o la soledad sonora y el silencio que escucha la música callada que nos lleva al sosiego a la paz del alma para entrar en el fondo del misterio. El que busca encuentra y al que llama se le abre la puerta. Para ello hay que entrar en uno mismo hasta el fondo y a la vez salir de uno mismo en busca del otro, así encontrarás el misterio. Descender al fondo de la fragilidad y del desconcierto de nuestro abismo y ascender por encima de la búsqueda del bien y la belleza.
En una segunda parte el profesor se centró en cómo vivir el júbilo; en el lujo de las relaciones personales; en el encuentro y la vida en el amor; en la bendición de los hijos y la vida compartida; en la solidaridad frente a la indiferencia; en reservar cada día un minuto para Dios, tan lejano y tan íntimo; recordar, esperar, ser; del resentimiento y el perdón; del vivir y del morir, de la luz y la fiesta. El poeta Rilke se pregunta, qué hace el poeta: Celebrar. El cristiano se pregunta, qué hace el cristiano: Celebrar, la maravilla de existir, el don de la creación, la existencia de Dios. Terminó el profesor diciendo que no hay caminos maravillosos, ni siquiera el de Santiago, ni siquiera el de la vida. Sólo hay caminantes maravillados.
Fray Luis Lago Alba, es Licenciado en Teología. Experto en Ecumenismo. Ha impartido su docencia en el ámbito de la Teología Fundamental y el Ecumenismo. Sus investigaciones han estado encaminadas en estas áreas y en la del encuentro de la fe cristiana con la cultura actual y con otras Iglesias y Religiones. Entre sus publicaciones destacan: primavera ecuménica de la Iglesia, en Joaquín Ruiz Giménez- Pilar Vellosillo, El Concilio del siglo XXI. Reflexiones sobre el vaticano II; Introducción a la II-II e introducción al tratado de la caridad, cuestiones 23 a 46 de la II-II de la Suma de Teología de Santo Tomás de Aquino; La credibilidad de la revelación, en CÉSAR IZQUIERDO (Ed.), Teología fundamental. Temas y propuestas para el nuevo milenio.
Juan Antonio Mateos Pérez