Solemnidad de la Virgen de Candelaria. “Esta es la fiesta del encuentro con nuestra Madre y su hijo Jesucristo”
Fiesta litúrgica de la patrona de Canarias
[NIVARIENSE DIGITAL] La Basílica de Candelaria acogió este dos de febrero, solemnidad de la Presentación del Señor, la Eucaristía en el día de la fiesta litúrgica de la patrona de Canarias.
Por segundo año consecutivo, la celebración estuvo marcada por la situación sanitaria que vivimos a consecuencia del Covid-19. Por tal motivo, el templo solo pudo acoger al 33% de su aforo.
El obispo Nivariense comenzó su homilía saludando a los presentes y a todas las personas que pudieron seguir la celebración a través de Mírame TV y COPE Canarias. Posteriormente, también agradeció la presencia de las autoridades públicas. En el templo se encontraban la alcaldesa de Candelaria, Mari Brito, la representación del Cabildo Insular de Tenerife encabezada por su presidente, Pedro Martín, el Subdelegado del Gobierno, Jesús Javier Plata, María Candelaria González, Directora General de Centros, Infraestructura y Promoción Educativa del Gobierno de Canarias, el alcalde de Teror, Sergio Nuez, el Teniente General Jefe del Mando de Canarias, Alejandro Escámez, y otras autoridades militares, así como el Decano del Cuerpo Consular Acreditado, Juan Carlos Díaz Lorenzo y la Corporación Municipal.
A la luz de las lecturas propias del día de la Presentación de Jesús en el templo, el obispo destacó en su homilía la idea del “encuentro”. “Esta es la fiesta del encuentro. Dios decide venir al mundo y se va dando a conocer de forma progresiva. Él viene a salvarnos, pero sabemos que la tarea de Jesús en este mundo no fue fácil. Hasta tal punto que, llegado el momento, lo sacrificaron en la cruz”.
Monseñor Álvarez continuó expresando que María es quien nos enseña el camino para llegar a Jesús. “En la mano, María sostiene una candela con la que nos dice ‘este niño que llevo aquí, es la luz del mundo’. Nos lo está mostrando. Por lo tanto, lo más importante es acoger a Cristo en nuestro corazón. Él llama a nuestra puerta del alma para darnos la plenitud de la existencia”.
El obispo continuó haciendo referencia a la simbología de la vela. “Ayer no pudimos hacer la bendición de las candelas y luego acompañar a la Virgen en procesión, como ocurre en Candelaria todos los años. Pero, esa vela que portamos todos es Jesucristo. Una vela hecha de cera, para alumbrar, se consume. Él, para iluminarnos se ha gastado y desgastado hasta el punto de dar la vida por todos. A nosotros nos ocurre lo mismo. No podemos iluminar el mundo si no nos gastamos y nos desgastamos, si no nos sacrificamos y ofrecemos lo que somos y sabemos en favor de los demás”.
Para concluir, monseñor Álvarez invitó a todos a unirse en una oración a María que pueden leer al término de esta noticia.
Finalizada la misa, la imagen de la Virgen salió a la puerta principal de la Basílica para recibir a todos los fieles que asistieron a la plaza para profesar su devoción.
Cabe señalar que, este jueves, 3 de febrero, se celebrará la Festividad Litúrgica de San Blas con la celebración de la eucaristía a las 8.00 horas y a las 18.00 horas.
ORACIÓN ANTE LA VIRGEN DE CANDELARIA
VIRGEN MARÍA DE CANDELARIA. Contigo elevo a Dios, omnipotente y misericordioso, un himno de alabanza y agradecimiento, un himno de gozo y alegría, pues, grandes cosas, ha hecho el Señor por medio tuyo, clemente y piadosa Virgen María, a favor de nuestro pueblo canario.
VIRGEN MARÍA DE LA CANDELARIA, a ti que eres Madre de Dios y Madre de la Iglesia, confiado en tu protección, a tu patronazgo encomiendo las dos Iglesias Diocesanas que peregrinamos en este archipiélago canario: nuestra Diócesis Nivariense, en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, y la hermana Diócesis Canariense, en la provincia de las Palmas.
Particularmente, te encomendamos a quienes en la isla de la Palma están padeciendo las consecuencias del Volcán. Dales paciencia, fortaleza y esperanza en medio de sus tribulaciones; y haznos sensibles a sus necesidades para que con la solidaridad de todos y, la buena gestión de las instituciones, puedan rehacer sus vidas.
Reina de los Apóstoles, tú que estuviste junto a los Apóstoles de tu Hijo y cuidaste de ellos; asiste a los sacerdotes y a todos los hombres y mujeres que forman parte de la Vida Consagrada; acompaña y fortalece a todos seglares que participan activamente en la misión de la Iglesia.
Tú, que, por tu mismo divino Hijo, cuando en el momento de su muerte estabas al pie de su Cruz, fuiste entregada como Madre nuestra y nos tomaste como hijos, acuérdate del pueblo cristiano que en ti confía y que aquí, en esta Basílica, te invoca asiduamente. Acuérdate de todos tus hijos que vienen ante tu imagen de Candelaria: avala sus preces ante Dios, conserva sólida su fe, fortifica su esperanza, aumenta su caridad.
Virgen María de Candelaria, te encomendamos a quienes tienen el servicio de gobernar la sociedad, ayúdales en su misión para que sus esfuerzos redunden en bien de todos, particularmente de las personas más vulnerables.
Acuérdate, especialmente, de aquellos que viven en la tribulación y el sufrimiento, de los que padecen hambre o cualquier otra necesidad fundamental para vivir dignamente; acompaña con tu amor materno a los que padecen enfermedad, a los que no tienen trabajo, a los emigrantes y refugiados -especialmente los que viven entre nosotros- , acompaña a quienes son perseguidos por su fe, a los que están en las cárceles… para todos ellos Virgen Piadosa y Clemente solicita el don de la fortaleza para sobrellevar su cruz y acelera con tu intercesión el ansiado día en que puedan verse libres de todo mal.
Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros para que esta dura prueba del Covid-19 termine y podamos recuperar la normalidad en el desarrollo de nuestras vidas. Intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.
Y, a todos nosotros, Virgen Santísima de Candelaria, concédenos un corazón sensible para que no seamos indiferentes, ni pasemos de largo, ante el sufrimiento de los demás, sino que, como el Buen Samaritano, tendamos nuestras manos y, con nuestra vida, seamos siempre medicina para los enfermos, pan para los hambrientos, agua para los sedientos, compañía para los que están solos, abrigo para los que tienen frío… en fin ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
¡Ave María Purísima! ¡Sin pecado concebida! Tú que eres templo de luz sin sombra y sin mancha, intercede ante tu Hijo, mediador de nuestra reconciliación con el Padre, para que sea misericordioso con nuestras faltas y debilidades, para que nos conceda la gracia de un sincero arrepentimiento de nuestros pecados y la firme voluntad de guardar sus mandamientos; que aleje de nosotros la desidia y la apatía, dando a nuestras almas la alegría de amar.
Finalmente, encomiendo a tu Corazón Inmaculado, ¡oh! Virgen Gloriosa y Bendita, a todos los hombres y mujeres del mundo: con tu amor materno condúcelos al conocimiento del único y verdadero salvador, Cristo Jesús; líbranos a todos de la esclavitud del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor.
Ponemos en tus manos nuestras necesidades, sufrimientos y preocupaciones, y aquí, ante tu imagen de Candelaria te decimos: “A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes madre mía”.
AMÉN