Nueve novicios reciben el hábito de la Orden de Predicadores en Sevilla
Ocho pertenecientes a la Provincia de Hispania y uno a la Provincia Nuestra Señora del Rosario
El sábado 14 de octubre de 2023, nueve novicios de seis países diferentes recibieron el hábito de la Orden de Predicadores en el convento de Sevilla. La ceremonia estuvo presidida por fray Jesús Díaz, acompañado de fray César Valero.
Crónica
«La vocación es la historia de un deseo, de un hambre.
Estamos aquí porque nos ha enganchado el Amor»
(fray Timothy Radcliffe)
Ese mismo deseo y esa misma hambre, plasmados en las palabras del que fuera Maestro de la Orden, es el que invadía (y sigue invadiendo) el interior de los nueve novicios que en la agradable tarde del sábado 14 de octubre de 2023, recibieron el hábito de la Orden de Predicadores en el Noviciado de la Provincia de Hispania en el convento de Sevilla (España).
En esa tarde, los seis países de origen de los novicios pusieron sus ojos y sus corazones en la pequeña iglesia conventual de la ciudad hispalense, donde tuvo lugar la celebración de la eucaristía, sencilla pero cargada de gestos y emociones. Presidió fray Jesús Díaz, prior provincial de la Provincia de Hispania, acompañado por fray César Valero, vicario de la Provincia Ntra. Sra. del Rosario. Asistieron frailes de diversas procedencias, sacerdotes, familiares y amigos de los novicios que se sumaron a la comunidad de frailes de Sevilla, a las monjas de los dos monasterios y miembros de las comunidades que comparten vida y fe durante el año que dura el noviciado.
Tras la proclamación del Evangelio, comenzaba el rito de toma de hábito, llamando a los novicios por su nombre completo al centro de la asamblea, donde el presidente les hizo la siguiente pregunta: ¿Qué pedís?, a la que ellos respondieron: La misericordia de Dios y la vuestra. Tras ello, en la homilía, el Prior Provincial invitó a los novicios y a la asamblea a tener presentes tres ideas clave sobre lo que significa y debe significar el hábito como símbolo de identidad dominicana.
Inicialmente, señaló la buena sensación que causa el vestir «una prenda que nos embellece ante los demás, [...] nos hace un poco distintos a los ojos de los otros o que, incluso, nos ayuda a mostrar el buen tipo que creemos tener», ya que el vestido suele ser un elemento frecuente para identificar o hacer ver los rasgos de nuestra personalidad, y hasta mostrar las opciones más personales.
A continuación, se adentró a explicar el significado del hábito en la Orden dominicana, recordando que éste «forma parte de la observancia regular», así como el hecho de que el hábito es recuerdo visible del «vínculo interior de a quién pertenecemos», aunque, como señala la sabiduría popular «el hábito no hace al monje», sino que el mejor hábito que nos ayuda a vivir como frailes es «el del corazón».
Finalmente, remitiéndose a las lecturas del día, domingo XXVIII del Tiempo Ordinario, animó a tener presente que el hábito de los seguidores de Jesús ha de ser «la libertad y la gracia», señalando acertadamente el hecho de que ambos valores se reflejan con fidelidad en los colores del hábito dominicano (blanco y negro).
Tras la homilía, tuvo lugar la vestición de los nueve novicios con el hábito, así como una segunda postración que concluyó con el abrazo del Prior Provincial como gesto de acogida dentro de la Orden, finalizando así el rito de la toma de hábito y continuando la eucaristía. Finalizada la celebración, el prior de la comunidad invitó a todos los presentes a seguir celebrando en fraternidad tal acontecimiento con un ágape.
Fray Diego (España), fray Florent (Benín), fray Lázaro Yoerlis (Cuba), fray Amed (Cuba), fray Jorge (España), fray Alejandro (España), fray Liberato Bee (Guinea Ecuatorial) y fray Stifer (Paraguay), pertenecientes a la Provincia de Hispania; y fray Cristhian (Colombia), perteneciente a la Provincia Nuestra Señora del Rosario, han dado en este día un importante paso para su configuración con Cristo al estilo de Santo Domingo.
Llenos de alegría por las obras que Dios sigue realizando, pedimos a Dios con la intercesión de la Virgen del Rosario y de Santo Domingo, para que estos novicios sean perseverantes en el camino de la vocación dominicana.