Alejandro Rodríguez de la Peña: “Si los benedictinos crearon Europa los dominicos cambiaron el mundo”
XI Conferencia de Santa Catalina, organizada por la Fraternidad Laical de Santo Domingo de Atocha
El pasado día 16 de mayo tuvo lugar la XI Conferencia de Santa Catalina, con el título Desde ‘la opción benedictina’ a la opción dominicana, título tomado a partir del libro del escritor y periodista norteamericano Rod Dreher “La opción benedictina: una estrategia para los cristianos en una sociedad poscristiana", calificado por el New York Times como el "libro religioso más discutido e importante de la última década".
El ponente fue D. Manuel Alejandro Rodríguez de la Peña, profesor titular de Historia Medieval en la Universidad CEU San Pablo (Madrid) y doctor en Historia Medieval (Universidad Autónoma de Madrid).
Rodríguez de la Peña inició su relato hablando del libro de R. Dreher y de su enorme resonancia en el cristianismo actual, así como de la importancia para su autor de algunas tesis del filósofo británico Alasdair MacIntyre, quien encontraba numerosas similitudes entre la civilización cristiana occidental actual y el desmoronamiento del Imperio Romano hace 15 siglos. Si bien hoy en día los bárbaros no están al otro lado de las fronteras sino que están dentro del territorio y nos gobiernan. Ante aquel derrumbe y como respuesta surgió un orden sólido, fundado en Cristo, en la oración a Dios, en la vida de comunidad evangélica, en la virtud cristiana, en nuevas relaciones sociales, educativas y políticas incluso, en el culto a Dios en el ora et labora, un orden que reconstruyó Occidente y puso los cimientos de Europa, y ante lo cual MacIntyre afirmó a mediados del siglo XX: “Esperamos la llegada de un nuevo san Benito.”
El ponente, como especialista en la Edad Media, ofreció numerosos ejemplos de cómo los benedictinos y sus abadías significaron la preservación de la cultura latina así como la revitalización y creación de nuevas ciudades; incluso sin estos monjes no pudieron prosperar las estructuras administrativas, de hacienda, acuñación de moneda, legislativas, en fin, políticas, de entonces.
Si bien Rod Dreher es en muchos casos pesimista, en cuanto a la pervivencia del cristianismo en Europa o en América, algo en lo que el ponente no coincidía del todo, no se pueden negar multitud de indicadores que hablan de una amplia extinción, y no solo numérica, sino también de profundidad y vivencia. Es lo que Dreher, y otros antes, denominan el “deísmo moralista terapéutico”, una enfermedad mortal consistente en creer que Dios es bueno, y suponer que el cristianismo, que al final es similar a las demás religiones, consiste en ser feliz y sentirse bien consigo mismo, y hacer el bien, viviendo al margen de Dios la mayoría del tiempo, junto con la creencia de que al morir todos iremos al Cielo porque Dios lo perdona todo.
Esta creencia, tan extendida e incluso difundida muchas veces por las mismas estructuras cristianas, anula a los creyentes e invalida el mensaje más novedoso de Jesucristo de amor incluso en el sufrimiento a los enemigos.
Es evidente el fracaso de los centros educativos católicos en todo el mundo
Por otro lado, como el ponente indicó, es evidente el fracaso de los centros educativos católicos en todo el mundo, desde colegios a universidades. A pesar de los millones de alumnos que pasan por nuestros centros, casi ninguno vive como católico, afirmó el doctor Rodríguez de la Peña. Y lo mismo vale para las clases de religión, apartadas por los alumnos cuando empiezan a madurar y vistas como ideas infantiles. Por otro lado, la cultura va siendo menos católica, menos cristiana, e incluso existe una gran orfandad a la hora de buscar partidos políticos con ideas cristianas. La propuesta cristiana desaparece del espectro de las ideas de la polis, de la ciudadanía. “Y todo esto se está haciendo con el aplauso y aprobación de la mayoría de la población. Hemos fracasado”, afirmaba el profesor Rodríguez de la Peña.
Rodríguez de la Peña, tras repasar la opción benedictina, de entones y de ahora, indicó que él considera que existen una serie de errores en la propuesta de Dreher, y que reflexionando durante la preparación de esta conferencia había podido ver cómo eran solventados por las propuestas mendicantes de san Francisco de Asís y de santo Domingo de Guzmán, lo que podríamos llamar las opciones franciscana y dominicana. Novedosas propuestas, cuando surgieron, no afincadas en los campos y en los bosques sino en medio de las ciudades, donde estaban resurgiendo las urbes, en mitad de las plazas y mercados.
En concreto, consideró el ponente que de ambas la opción de los dominicos es quien mejor consigue resolver las carencias de la opción benedictina, porque si san Benito fundó su Orden para dar gloria a Dios, ahora Domingo convertiría el mundo en su claustro, siendo su llamada divina la predicación en pobreza, y dando una importante nunca antes conocida, y posiblemente nunca después imitada, al estudio, el saber, y ello porque el conocimiento de la realidad creada es también consecuencia de la alabanza al Creador, y porque por el estudio se puede predicar con solvencia dando razón de la fe.
Santo Domingo envió a sus primeros frailes a las principales universidades del momento
El ponente relató cómo santo Domingo envió a sus primeros frailes a las principales universidades del momento, París, Bolonia y Oxford, que es tanto como decir, que un fundador católico de hoy en día mandara a sus primeros seguidores, vosotros a Cambridge, vosotros a Harvard y vosotros a Stanford; algo que tan llamativo nos sería hoy y que mucho más debió de serlo entonces. Lo que siguió de aquí fueron las multitudes de conversiones de numerosos estudiantes, profesores, académicos de todas las disciplinas, rectores… ante el testimonio de vida de aquellos frailes que vivían lo que predicaban.
Serán los dominicos quienes desde su pensamiento filosófico y teológico crearán el humanismo cristiano, frente al mayor teocentrismo benedictino, consecuencia del misterio de la Encarnación de Dios en Cristo Jesús. Pondrán los siguientes pilares sobre los que se asentará el mundo entonces, y así, como afirmó el ponente, “si los benedictinos crearon Europa los dominicos cambiaron el mundo”, en referencia al pensamiento escolástico, humanista, los conceptos de ley natural, ciudadanía, democracia, Derechos Humanos y Derecho Internacional, la unidad y relación entre razón y revelación,…
El libro de Rod Dreher está siendo leído en todo el mundo, debatido y analizado. Es la propuesta de la opción benedictina, que ya se está llevando a la práctica en multitud de lugares, tal y como se relata y comprueba en su libro. El doctor D. Alejandro Rodríguez de la Peña apunta a la necesaria propuesta de una opción dominicana, capaz de resolver los aspectos que aquella deja sin solucionar. Podemos así concluir parafraseando al filósofo Alasdair MacIntyre diciendo que “esperamos a un nuevo san Benito [y a un nuevo santo Domingo]”, y al mismo Rod Dreher, que escribe “quizás, quién sabe, ese nuevo Benito [o Domingo] al que Dios llama a renovar y fortalecer su Iglesia puedes ser tú”.