Mar
1
Dic
2009

Evangelio del día

Primera semana de Adviento

Te doy gracias, Padre, porque estas cosas las has revelado a la gente sencilla

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías 11, 1-10

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago.

Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor.

No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra; pero golpeará al violento con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.

La justicia será ceñidor de su cintura, y la lealtad, cinturón de sus caderas.

Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor.

La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey, comerá paja.

El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente, y el recién destetado extiende la mano hacia la madriguera del áspid.

Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar.

Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada.

Salmo de hoy

Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17 R/. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.

En sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R/.

Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10, 21-24

En aquella hora Jesús se llenó de la alegría en el Espíritu Santo y dijo:

«Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • "Sobre él se posará el espíritu del Señor… de ciencia, discernimiento, consejo, valor, piedad y temor del Señor"

El profeta Isaías describe con gran belleza el orden de la nueva creación que traerá la llegada del Mesías. De este capítulo la Iglesia ha tomado la relación de los dones del Espíritu Santo, que llegarán a la plenitud de su acción en Cristo.

¿Cómo es posible que “habite el lobo con el cordero”, etc., etc.?  Sólo el Espíritu del Señor, su presencia en nuestra vida, hace que todo tenga orden, paz e incluso lo irreconciliable (león-buey, vaca-oso, lobo-cordero… tantas veces traducido a marido-mujer, o hermana-hermano… etc.), encuentre la comunión en Él.

El Señor nos da continuamente su Espíritu para que vivamos inmersos en Él. Lo nuestro es la acogida, ser dóciles a sus impulsos, “dejando” que Él brote, florezca… actúe en nosotros con sus dones, en tu matrimonio, en tu familia, en tu Comunidad… Donde actúa el Espíritu Santo hay amor, perdón, comprensión, tolerancia, florece la justicia y abunda la paz verdadera. Esta es la nueva creación que el Hombre Nuevo, Cristo, viene a instaurar en la tierra.
Abramos el corazón para recibir ya todos sus dones, y convertirnos en las primicias de su Reino.

  •  “Te doy gracias, Padre, porque estas cosas las has revelado a la gente sencilla.”

Cristo abre su corazón al Padre en alabanza y acción de gracias, por el Espíritu. Jesús, “lleno de la alegría del Espíritu Santo”, bendice al Padre por su predilección por los sencillos.

Cuando actuamos movidos por nuestras fuerzas y seguridades, pretendiendo “entender” los porqués de todos nuestros acontecimientos, o “controlar” todos nuestros cuándos y cómos… pertenecemos a ese grupo de “sabios y entendidos” a quienes se les ocultan estas cosas, porque no tienen su confianza puesta en el Señor.

El Señor no desea de nosotros grandezas, ni altanerías. Quiere que seamos pastorcillos en el Belén, que durante este Adviento estemos a la escucha de los ángeles que día a día con su Palabra nos anuncian una Gran Noticia. Pastorcillos que caminemos al portal poniendo cada uno en nuestra cesta TODA nuestra vida, entregársela al Niño y adorarlo. Presentarnos ante Dios sencillos, con nuestra pequeñez, hace que podamos recibir los dones de su Espíritu. Los pobres de espíritu son los que tienen la predilección de Dios.

Un niño, que coge una flor, la estruja en sus manos, y se la da a su mamá con una sonrisa, provoca la ternura y el amor de ella. Así, Dios-Padre. Siendo como somos: pobres, limitados, pecadores, criaturas al fin y al cabo, si nos acercamos a Él con transparencia y a corazón abierto, se nos revelará tal como es Él. Entonces brotará la alabanza de tu corazón, con la oración alimentarás continuamente ese amor que te renueva cada día, y tu vida cantará un cántico nuevo al Señor.

Señor Jesús, ¡gracias por mostrarnos al “Padre, Señor del cielo y de la tierra”! Haznos sencillos y dóciles a tu Espíritu, para acoger tu Palabra y dejar que resuene y actúe en nuestra vida.