Feb
Evangelio del día
“ Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo. ”
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 11, 4-13
Cuando el rey Salomón llegó a viejo, sus mujeres desviaron su corazón tras otros dioses y su corazón no fue por entero del Señor, su Dios, como lo había sido el corazón de David, su padre.
Salomón iba en pos de Astarté, diosa de los sidonios, y de Milcón, abominación de los amonitas.
Salomón hizo lo malo a los ojos de Señor, no manteniéndose del todo al lado del Señor como David, su padre.
Edificó Salomón por entonces un altar a Camós, abominación de Moab, sobre el monte que está frente a Jerusalén, y otro a Milcón, abominación de los amonitas.
Lo mismo hizo con todas sus mujeres extranjeras que quemaban incienso y sacrificaban a sus dioses. Y se enojó el Señor contra Salomón, por haber desviado su corazón del Señor Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces, dándole instrucciones sobre este asunto: que no fuera en pos de otros dioses.
Pero no guardó lo que el Señor le había ordenado. El Señor dijo a Salomón:
«Por haber portado así conmigo, siendo infiel al pacto y a los mandatos que te di, te voy a arrancar el reino de las manos para dárselo a un siervo tuyo. No lo haré mientras vivas, en consideración a tu padre David; se lo arrancaré de la mano a tu hijo. Y ni siquiera le arrancaré todo el reino; dejaré a tu hijo una tribu, en consideración a mi siervo David y a Jerusalén, mi ciudad elegida».
Salmo de hoy
Salmo 105, 3-4. 35-36. 37 y 40 R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo
Dichosos los que respetan el derecho
y practican siempre la justicia.
Acuérdate de mí por amor a tu pueblo,
visítame con tu salvación. R/.
Emparentaron con los gentiles,
imitaron sus costumbres;
adoraron sus ídolos
y cayeron en sus lazos. R/.
Inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas.
La ira del Señor se encendió contra su pueblo,
y aborreció su heredad. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 24-30
En aquel tiempo, Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa procurando pasar desapercibido, pero no logró ocultarse.
Una mujer que tenía una hija poseída por un espíritu impuro se enteró en seguida, fue a buscarlo y se le echó a los pies. La mujer era pagana, una fenicia de Siria, y le rogaba que echase el demonio de su hija.
Él le dijo:
«Deja que se sacien primero los hijos. No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos».
Pero ella replicó:
«Señor, pero también los perros, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños».
Él le contestó:
«Anda, vete, que, por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija».
Al llegar a su casa, se encontró a la niña echada en la cama; el demonio se había marchado.
Reflexión del Evangelio de hoy
“Dejaré a tu hijo una tribu en consideración a David”
Salomón, que al comienzo de su reinado agradó a Dios, pidiéndole: “sabiduría para gobernar a su pueblo,” y que le fue concedida, de tal modo , que su sabiduría fue admirada y conocida hasta fuera de las fronteras de su reino, posteriormente, se dejó arrastrar por el amor de las mujeres, para contentarlas, rindió culto a sus dioses. Su corazón se dividió entre el Dios de Israel y sus pasiones, se prostituyó con otros dioses, alejándose del Dios de sus padres. A pesar de ello, Dios no le abandonó, fue Salomón el que se alejó de Dios.
Una vez más contemplamos la fidelidad de Dios. El había prometido a David un trono estable para su descendencia, y, a pesar de la prevaricación de Salomón , Dios conserva su fidelidad, a la promesa “en consideración a mi siervo David y a Jerusalén, mi ciudad elegida”.
La fidelidad de Dios para con los hombres, es siempre firme, El no pude fallar, somos nosotros los que fallamos cuando abandonamos sus mandatos. Dios por amor a David mantiene la promesa. Si David fue fiel , su descendiente Cristo, firma una fidelidad perpetua, Ël sella y establece la Alianza Nueva y Eterna entre Dios y la humanidad, aunque todos fallemos, el permanece siempre fiel. La humanidad ha sido reconstruida y reconciliada con Dios en Cristo.
¿Cómo agradecemos su presencia entre nosotros?, ¿Lo recibimos o hacemos lo que dice el Evangelio:”vino a los suyos y los suyos no le recibieron”?.
“También los perros comen las migajas que caen debajo de la mesa”
Seguramente que nos llama la atención la dureza de esta frase, con la que Jesús contesta a la mujer. Jesús usa el mismo lenguaje con que los israelitas, aun hoy día, tratan a los extranjeros: ”perros gentiles”. Para poder entender estas palabras en boca de Jesús debemos leerlas en el contexto en que las pronuncia.
Los fariseos le estaban tentando y querían cogerle incumpliendo la Ley y quebrantando sus costumbres, Jesús, que los conoce, contesta a la mujer con la misma frase que lo hubieran hecho ellos; estas frases hechas, dependen del sentido que se les dé, y creo que en esta ocasión, Jesús , al pronunciarla se dirigía a ellos con cierta ironía, pero a la mujer con bondad, se puede deducir de la confianza con que ella le contesta: “También los perritos comen de las migajas que tiran los niños”.
La fe, de esta mujer gentil, era grande y Jesús le concedió lo que pedía.
Cuando Jesús realiza milagros, no es para que la gente crea en él, generalmente lo hace de acuerdo a la fe de sus interlocutores.
Jesús, no vino sólo para el pueblo de Israel, vino para todos los hombres, también para “los perros gentiles”, gracias a él, ya podemos llamar a Dios Padre, somos todos hijos, del mismo Dios. A cambio solo nos pide fe.
Pidamos :”Señor, yo creo, pero aumenta mi fe.”