Mié
11
May
2011

Evangelio del día

Tercera Semana de Pascua

Yo soy el pan vivo bajado del cielo

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 8, 1b-8

Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaria.

Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él.

Saulo, por su parte, se ensañaba con la Iglesia; penetrando en las casas y arrastrando a la cárcel a hombres y mujeres.

Los que habían sido dispersados iban de un lugar a otra anunciando la Buena Nueva de la Palabra. Felipe bajó a la ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo. El gentío unánimemente escuchaba con atención lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Salmo de hoy

Salmo 65, 1-3a. 4-5. 6-7a R. Aclamad al Señor, tierra entera

Aclamad al Señor, tierra entera;
tocad en honor de su nombre,
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras!» R.

Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor,
que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios,
sus temibles proezas en favor de los hombres. R.

Transformó el mar en tierra firme,
a pie atravesaron el río.
Alegrémonos con él,
que con su poder gobierna enteramente. R.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 35-40

En aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis.

Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.

Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día.

Esta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Entiendes lo que estás leyendo?

Este pasaje es un ejemplo vivo de cómo debemos evangelizar hoy:

En la última exhortación apostólica del Papa “Domini Verbum”, trae a la memoria una frase de su antecesor, el hoy ya Beato, Juan Pablo II: “Hay que anunciar el evangelio a los que no lo conocen, pero en nuestra sociedad, hay muchos cristianos, bautizados no debidamente evangelizados”. Es muy importante la recepción de los sacramentos, son el cauce por donde nos llega la gracia que nos ganó Cristo, pero si no conocemos el valor de la misma, nos asemejamos a quien posee una perla preciosa y desconoce su gran valor, no la aprecia.
Como Felipe, debemos estar atentos a las inquietudes de los otros para llegar a nuestros interlocutores; él: parte del interés del eunuco, y lo lleva al conocimiento de Cristo; le ayuda a entender el Antiguo Testamento a la luz del acontecimiento de Cristo centro y culmen de la S. Escritura; anuncia con entusiasmo, convence al eunuco y no pone trabas cuando le pide ser bautizado.

No nos cansemos de anunciar a Cristo, con la palabra y con la vida

  • “Yo soy el pan vivo bajado del cielo”

Cristo invita a su mesa a todos, Él es el Pan de vida que ha bajado del cielo, el único camino para llegar al Padre, pero, para acercarnos a El, necesitamos la fuerza del Espíritu que nos ha sido dado y sigue actuando en nosotros.

Cristo, Palabra eterna que vive desde el principio en Dios, ha bajado del cielo para darnos vida, su propia vida dándonos a comer su carne y beber su sangre. Compara este alimento con el maná que comieron en el desierto diciendo que aquellos murieron, pero el que come su carne y bebe su sangre no morirá pues nos da su propia vida, la vida eterna, la eucaristía es prenda de nuestra futura resurrección. Cristo resucitado, nos invita a resucitar con Él.
Todos los hombres somos invitados al banquete de la Eucaristía, a resucitar con Cristo, pero no todos tienen conocimiento de ello, por eso urge la evangelización a todos los pueblos para que conozcan a Cristo único camino, verdad y vida.