Sáb
11
Jun
2011

Evangelio del día

Séptima Semana de Pascua

Id y proclamad que el Reino está cerca

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 21-26; 13 1-3

Cuando los de la iglesia de Jerusalén conocieron esta noticia, mandaron a Bernabé a Antioquía. Al llegar, Bernabé vio cómo Dios los había bendecido, y se alegró mucho. Animó a todos a que con corazón firme siguieran fieles al Señor. Porque Bernabé era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor.

Después de esto, Bernabé fue a Tarso en busca de Saulo, y cuando lo encontró lo llevó a Antioquía. Allí estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente; y allí, en Antioquía, fue donde por primera vez se dio a los discípulos el nombre de cristianos.

En la iglesia de Antioquía había profetas y maestros. Eran Bernabé, Simón (al que también llamaban el Negro), Lucio de Cirene, Menahem (que se había criado junto con Herodes, el que gobernó en Galilea) y Saulo. Un día, mientras celebraban el culto al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: “Separadme a Bernabé y a Saulo para la tarea a la que los he llamado.”

Entonces, después de orar y ayunar, les impusieron las manos y los despidieron.

Salmo de hoy

Salmo 97,1- 6 R. El Señor revela a las naciones su justicia

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la citara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,7-13

Id y anunciad que el reino de los cielos está cerca. Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su enfermedad a los leprosos y expulsad a los demonios. Gratis habéis recibido este poder: dadlo gratis.

“No llevéis oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino. No llevéis ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el obrero tiene derecho a su sustento.

“Cuando lleguéis a un pueblo o aldea, buscad a alguien digno de confianza y quedaos en su casa hasta que salgáis de allí. Al entrar en la casa, saludad a los que viven en ella. Si la gente de la casa lo merece, la paz de vuestro saludo quedará en ella; si no lo merece, volverá a vosotros.

Reflexión del Evangelio de hoy

  •  “Bernabé era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe”

Hoy celebramos al apóstol Bernabé, compañero de Pablo y colaborador suyo en la obra misionera.

En la primera lectura se nos describen algunos rasgos de su personalidad: es un hombre bueno, justo, íntegro, fiel a los mandatos de Dios y además está “lleno del Espíritu Santo y de fe“, es decir, que es una persona dócil a la acción de Dios en la expansión del evangelio.
Cuando la Iglesia de Jerusalén se enteró de la respuesta positiva de los habitantes de Antioquía frente al Evangelio, los discípulos les enviaron a Bernabé. Es importante este signo, porque Bernabé no llegó allí por su cuenta, sino enviado por la Iglesia Madre. Cuando hacemos un servicio enviados por una comunidad, la tarea realizada tiene un sentido distinto. Bernabé tampoco se atribuye así mismo el éxito de su predicación, él veía la “acción de la gracia de Dios” y exhortaba a todos “a seguir unidos al Señor”. Aquí el protagonista es Jesucristo.

En la Iglesia de Antioquía, Bernabé era considerado dentro del grupo de los profetas y maestros. Más tarde se fue en busca de Pablo y el Espíritu Santo eligió a los dos para evangelizar “hasta el último rincón del mundo” –como dice el salmo responsorial-.
La imposición de las manos y la oración de los fieles, unida al ayuno, constituyen un signo de la comunicación del Espíritu. Con este gesto, los discípulos reconocen y confirman su obra misionera y se dan cuenta de que el mensaje de Jesús es universal, para todos los hombres.

  •  “Id y proclamad que el Reino está cerca”

El Evangelio recoge mensajes de Jesús muy radicales; no deja a los predicadores ni siquiera llevar alforja para el camino, porque han puesto su seguridad en Dios y si predican que no les va a faltar nada, tienen que demostrarlo con su ejemplo.

La confianza en el Señor se refleja en la paz que transmiten. No tenemos que tener todo bien atado, para tener paz. La paz que nos da el Señor está por encima de toda angustia, dificultad, desaliento, incomodidad... Si buscamos el Reino, lo demás nos será dado por añadidura, y veremos cómo el Señor nos cuida hasta en los más pequeños detalles.

Bernabé experimentó todo esto varias veces. Este apóstol, al estar asociado a la gran figura de San Pablo, parece que ha quedado un poco más “en la sombra”, pero esto le dio la posibilidad de aprender en su propia carne la enseñanza de Jesús: “lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis”.

¡Gracias Señor por darnos tu paz!; enséñanos a seguir unidos a Ti en todo momento, para la construcción de un mundo nuevo.