Mar
11
Jun
2024
Sois la sal de la tierra, la luz del mundo

Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 21-26; 13 1-3

En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor.

Llegó la noticia a oídos de la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortaba a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una multitud considerable se adhirió al Señor. Bernabé, salió para Tarso en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía.

Durante un año estuvieron juntos en aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez los discípulos fueron llamados cristianos.

En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger, Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo.

Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo:

«Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado».

Entonces, después de ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.

Salmo de hoy

Salmo 97,1- 6 R/. El Señor revela a las naciones su justicia

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su salvación,
revela a las naciones su justicia.
Se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.

Tañed la citara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 13-16

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa.

Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en los cielos».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Ser sal y luz

El relato de libro de los Hechos de los Apóstoles hace referencia a la persona de Bernabé, a quien hoy celebramos. Sintetiza su figura diciendo que “era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe. Y así mucha gente se unió al Señor” (Hc 11,24). Estos rasgos de su fisonomía hacen justicia al significado de su nombre: “hijo de consolación”. Bernabé, compañero de misión del apóstol Pablo, es un evangelizador incansable que acompaña, anima y exhorta a las nuevas comunidades que van surgiendo.

Este impulso misionero tenían como objetivo último construir comunidades cristianas como signos vivientes de la presencia de la nueva fe que no conocía límites. La adhesión al mensaje cristiano tenía necesariamente una consecuencia social concreta.

En el evangelio Jesús nos ayuda a no olvidad una característica importante de nuestra identidad: ser sal y ser luz. Ni la sal, ni la luz son para ellas mismas, sino que son para los demás; son para dar sabor e iluminar. La vida de Jesús ha sido expresión de esta imagen como nos recuerda el biblista uruguayo Daniel Kerber: «Jesús, el hombre pleno, vivió su identidad en un ser para los demás y para el Padre. Y ese ser para los demás y para el Padre, lo llevó a trabajar en su taller de Nazaret, durante treinta años, a predicar el Reino, a sanar los enfermos, consolar los tristes y finalmente a entregar su vida como signo de amor extremo. Jesús es pleno porque su vida es ser para.»

Es bueno recordar que la función de la sal tiene que ver con realzar el sabor que tienen las cosas de por sí. Ser sal es ayuda a que la originalidad de cada persona pueda encontrar el ámbito y las condiciones adecuadas para poder desarrollarse y brindar su originalidad. En tiempos de sinodalidad el Señor nos invita aportar nuestro propio sabor desde lo profundo de nuestro ser.

Iluminar nos compromete en generar desde nuestra vivencia comunitaria de la fe ambientes de vida y esperanza, frente a tantas situaciones de oscuridad, poniendo en Dios nuestra confianza.