Lun
11
Jul
2022
Heredará la vida eterna

Primera lectura

Lectura del libro de los Proverbios 2, 1-9

Hijo mío, si aceptas mis palabras,
si quieres conservar mis consejos,
si prestas oído a la sabiduría
y abres tu mente a la prudencia;
si haces venir a la inteligencia
y llamas junto a ti a la prudencia;
si la procuras igual que el dinero
y la buscas lo mismo que un tesoro,
comprenderás lo que es temer al Señor
y alcanzarás el conocimiento de Dios.

Porque el Señor concede sabiduría,
de su boca brotan saber e inteligencia;
atesora acierto para el hombre recto,
es escudo para el de conducta intachable;
custodia la senda del honrado,
guarda el camino de sus fieles.

Entonces podrás comprender
justicia, derecho y rectitud,
el camino que lleva a la felicidad.

Salmo de hoy

Salmo 33, 2-11 R/. Bendigo al Señor en todo momento

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloria en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

El ángel del Señor acampa en torno
a quienes lo temen y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R/.

Todos sus santos, temed al Señor,
porque nada les falta a los que lo temen;
los ricos empobrecen y pasan hambre,
los que buscan al Señor no carecen de nada. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:
«Ya ves, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?».

Jesús les dijo:
«En verdad os digo: cuando llegue la renovación y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

Todo el que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o tierras, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna».

Evangelio de hoy en audio

Reflexión del Evangelio de hoy

Todo lo bueno viene del Señor

Hoy la liturgia nos presenta un fragmento del bello Libro de los Proverbios. Y os recomiendo que lo leáis con mucha atención, varias veces si es necesario, porque os aseguro que sus palabras parecen escritas para nuestros días: sensatez, sabiduría, prudencia, rectitud... En el mundo que nos ha tocado vivir estamos faltos de esos valores, de esas propuestas que salen de los labios de Dios, porque Él es todas esas cosas.

En nuestro día a día vivimos multitud de situaciones que nos alteran, nos enfadan, nos ponen nerviosos, nos hacen tomar decisiones erróneas... En definitiva: sacan nuestro “peor yo” Si viviéramos en clave espiritual todo sería más sencillo, más fácil para nosotros y para los que nos rodean. Dios es nuestro escudo, el que nos marca el camino, quien nos guía por las sendas de la justicia. Si de verdad creemos esto seremos capaces de transformar el mundo, seremos esa sal de la tierra de la que nos habló Jesús. Nunca debemos perder de vista que Dios es padre y como tal siempre está dispuesto a llevarnos de su mano, basta con que nosotros queramos. Recordar la parábola del hijo pródigo, como ese padre recondujo la vida de su hijo a pesar de sus errores ¿No hará lo mismo con nosotros nuestro Padre del cielo?

Herederos de la vida eterna

”El que por mi deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre... tendrá la vida eterna” San Pedro le hace una pregunta al Maestro llena de toda lógica desde el punto de vista humano, pregunta por el futuro que les aguarda, ellos que han dejado todo por el Maestro, piensa, tendrán su recompensa. Y Jesús lejos de enfadarse les anuncia lo que les espera: recibir cien veces más de lo que dieron y heredar la vida eterna ¡Esa es la generosidad de Dios para el que le es fiel.

Muchas veces pensamos ¿de qué me sirve cumplir con Dios, servir a la Iglesia, trabajar por la Palabra? Realmente no vemos el fruto de nuestro trabajo, el mundo nos ciega, miramos a nuestro alrededor y vemos gente que, aparentemente, es feliz sin comprometerse con nada, mientras que nosotros intentamos dar servicio en nombre de Jesús, dar testimonio de su mensaje ¿Y para qué? Como siempre Cristo nos da la respuesta: para heredar la vida eterna.

Somos humanos y como tales pensamos, razonamos, pero debemos confiar en Dios como los Apóstoles lo hicieron en Jesús, sin preguntar, con una confianza ciega. Dios sabrá pagarnos como el dueño de la vid hizo con sus trabajadores. Confianza, seguridad, amor son las claves para vivir según el Evangelio. Como San Pedro querremos saber y como él recibiremos la respuesta precisa. Todo trabajo, todo afán en nombre de Dios tendrá su recompensa.