Jun
Evangelio del día
“ A vosotros os basta decir sí o no ”
Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes 19, 19-21
En aquellos días, partió Elías del monte y encontró a Eliseo, hijo de Safat, quien se hallaba arando. Frente a él tenía doce yuntas; él estaba con la duodécima. Pasó Elías a su lado y le echó su manto encima.
Entonces Eliseo abandonó los bueyes y echó a correr tras Elías, diciendo:
«Déjame ir a despedir a mi padre y a mi madre y te seguiré».
Le respondió:
«Anda y vuélvete, pues ¿qué te he hecho?».
Eliseo volvió atrás, tomó la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio. Con el yugo de los bueyes asó la carne y la entregó al pueblo para que comiera. Luego se levantó, siguió a Elías y se puso a su servicio.
Salmo de hoy
Salmo 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10 R/. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano. R/.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos,
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 33-37
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí, no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
Reflexión del Evangelio de hoy
“Luego se levantó, marchó detrás de Elías y se puso a sus órdenes”
Se nos relata el llamamiento, la vocación profética de Eliseo, realizada a través de Elías. Toda vocación a ser profeta, o, en el Nuevo Testamento, a ser seguidor de Jesús, tiene alguna nota particular en cada uno, pero todas tienen algo en común: la llamada de Dios. Si Eliseo, si Juan, si Pedro, si Antonio… caen en la cuenta de que es Dios, de que es Jesús, el Hijo de Dios, el que llama, casi podemos decir, que no tienen más remedio que atender su llamada. ¿Cómo se puede decir que no a Dios, ese Padre nuestro que nos quiere, que busca siempre nuestro bien? Así lo entendió Eliseo y dejando su trabajo y a su familia atendió la voz de Dios. De todas las maneras, lo sabemos, también está en nuestra mano responder negativamente a la llamada de nuestro Dios.
“A vosotros os basta decir sí o no”
En más de una ocasión hemos perdido, en la Iglesia, la frescura y la sencillez del evangelio, de las palabras de Jesús. Las palabras de Jesús a la hora de decir la verdad son bien claras: “A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno”. Cuando afirmamos algo, cuando decimos sí, o cuando queremos negar algo, decir no… basta con nuestra palabra, porque un buen cristiano, un buen seguidor de Jesús, que es la Verdad, no puede mentir. En todas sus afirmaciones o negaciones tiene que decir la verdad. No es conveniente ni necesario reforzar su afirmación o negación con un juramento, poniendo a Dios o a quien sea como testigo de que no se miente. El cristiano nunca debe mentir, su sí es sí y su no es no. Su palabra de seguidor de Jesús es suficiente, debe ser siempre verdadera. Pero como bien sabemos, la iglesia, en sus diversos estamentos, exige, en ciertos casos, jurar por Dios, como si la palabra del cristiano no fuera suficiente. Hagamos caso a Jesús, el que es la Verdad, que nuestras palabras sean siempre verdaderas.