Jul
Evangelio del día
“ Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. ”
Primera lectura
Lectura del libro del Éxodo 3, 13- 20
En aquellos días, al escuchar Moisés la voz del Señor entre las zarzas, le replicó:
«Mira, yo iré a los hijos d Israel y les diré: "El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros". Si ellos me preguntan: “¿Cuál es su nombre?”, ¿qué les respondo?»
Dios dijo a Moisés:
«"Yo soy el que soy"; esto dirás a los hijos de Israel: " 'Yo soy” me envía a vosotros».
Dios añadió:
«Esto dirás a los hijos de Israel: "El Señor, Dios de vuestros padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de generación en generación".
Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: "El Señor Dios de vuestros padres se me ha aparecido, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, y me ha dicho: '”He observado atentamente cómo os tratan en Egipto y he decidido sacaros de la opresión egipcia y llevaros a la tierra de los cananeos, hititas, amorreos, perizitas, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel".
Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le diréis: "El Señor Dios de los hebreos, nos ha salido al encuentro y ahora nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios".
Yo sé que el rey de Egipto no os dejará marchar ni a la fuerza; pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto con prodigios que haré en medio de él, y entonces os dejará marchar».
Salmo de hoy
Salmo 104,1.5.8-9.24-25.26-27 R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
dad a conocer sus hazañas a los pueblos.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R.
Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R.
Dios hizo a su pueblo muy fecundo,
más poderoso que sus enemigos.
A estos les cambió el corazón
para que odiasen a su pueblo,
y usaran malas artes con sus siervos. R.
Pero envió a Moisés, su siervo,
y a Aarón, su escogido,
que hicieron contra ellos sus signos,
prodigios en la tierra de Cam. R.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,28-30
En aquel tiempo, tomó la palabra Jesús y dijo:
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».
Reflexión del Evangelio de hoy
Dios escucha a los oprimidos
Moisés es la mediación de Dios para librar a Israel de la esclavitud de Egipto. El proyecto de Dios se sigue realizando en la historia de este pueblo.
El relato de la zarza ardiendo y la revelación del Nombre de Dios, está dirigido a la salvación de su pueblo. Dios manifiesta a Moisés que sigue comprometido en proteger y guiar a Israel y que sigue siendo el Dios fiel y misericordioso que quiere continuar aquel proyecto salvador que lo había iniciado en los Patriarcas. A Dios le gusta actuar por mediaciones.
Nuestra sociedad parece necesitar signos del actuar de Dios y nosotros podemos ser hoy los intermediarios que muestren el rostro de este Dios que ama a la humanidad y la quiere libre y salvada.
Dios estuvo cerca del sufrimiento del pueblo y continua estando muy cerca del que hoy sufre en nuestro mundo. La compasión es el modo de ser de Dios.
A veces, cuando palpamos la injusticia, la corrupción, el hambre, el sufrimiento injusto de tantos millones de seres inocentes, nos preguntamos: ¿dónde está Dios? Pero sabemos muy bien que nosotros somos sus manos y que tenemos que atrevernos a usarlas para liberar y salvar.
María, la pobre exaltada por la gracia de Dios, la humilde agradecida, nuestra madre, es la gran mediación de Dios con la humanidad.
Venid a Mí
Nos llama la atención la gente que con corazón sencillo hace de lo complejo y de lo sofisticado, algo cotidiano y entendible por todos. Gente que habla de cosas importantes y en su forma de expresarse tiene la capacidad de llegar al fondo del mensaje. Admiramos a los que saben decir cosas grandes con palabras pequeñas.
Esta capacidad de hacer de lo complicado algo sencillo es una parte importante del amor. El amor es simple, y Dios también lo es y nos presenta las cosas de su Reino sencillas, para nosotros.
En el Evangelio encontramos diferentes llamadas de Jesús: A Santiago y a Juan, a Simón y a Andrés, a Leví…”Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”. En el texto de hoy Jesús llama a gente sencilla, cansada y agobiada bajo el peso de las leyes. Les llama para aliviarles.
A veces, la vida se nos hace pesada. ¿Quién no ha experimentado, alguna vez el cansancio y el agobio? También para nosotros es esa triple llamada de Jesús: “Venid a Mí los que estáis cansados y agobiados”…”Cargad con mi yugo que es llevadero”…Aprended de Mí que soy humilde de corazón”.
Jesús no complica la vida. Encontrarse con Él, es un descanso. Nos invita a ir a Él para recibir alivio y, a la vez, nos dice que carguemos con su yugo. ¡Paradojas del Evangelio! Parece contradictorio, pero no lo es. La fe a la que nos invita Jesús es un yugo suave y una carga ligera. Son las exigencias que se derivan de su mensaje.
Jesús, atento a las necesidades del ser humano, se muestra, una vez más, liberador y humanizador.
Con los sencillos y pequeños de nuestro mundo, creamos en las palabras de Jesús y, seamos también nosotros hermanos que alivien y hagan más ligera la vida de aquellos que nos rodean.