Sáb
18
Oct
2014
Está cerca de vosotros el reino de Dios

Primera lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 10-17b

Querido hermano:

Dimas me ha abandonado, enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia; Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, pues me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Efeso.

El manto que dejé en Tróade, en casa de Carpo, tráelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los pergaminos.

Alejandro, el herrero, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras. Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.

En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!

Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones.

Salmo de hoy

Salmo 144,10-11.12-13ab.17-18 R/. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.

Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.

¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.

Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.

Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.

Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Solo Lucas está conmigo”

Nosotros los cristianos, también los apóstoles como San Pablo, estamos hechos de una pasta que además de necesitar a Dios, su luz, su presencia amorosa continua, necesitamos el amor y la cercanía de nuestros hermanos y amigos. Debemos apoyarnos, para no perecer en el intento, en Dios, como lo que es, nuestro Dios, sabiendo todo lo que podemos esperar de él, y también en nuestros hermanos, sabiendo lo que podemos esperar de ellos, que son fuertes y frágiles como nosotros. El gran elogio que hace san Pablo de san Lucas es que viendo que muchos de los que le ayudaban en su tarea de predicar y extender la buena noticia, le han abandonado… “solo Lucas está conmigo”. Es un elogio a la amistad, a la fraternidad y a la fidelidad de los que se quieren. Hoy, san Pablo no canta las alabanzas de san Lucas como escritor del evangelio, como predicador… no. Le ensalza como amigo que no le ha dejado solo. Gran elogio.

  • “Está cerca de vosotros el reino de Dios”

Después de oír el elogio de san Pablo a san Lucas, ahora nos toca a nosotros recordarle y elogiarle como gran predicador y divulgador de la buena noticia de Jesús. En su doble faceta de recopilar por escrito en su evangelio “todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que fue arrebatado a lo alto”, e igualmente por recoger los primeros momentos de la primitiva iglesia, en los Hechos de los Apóstoles; y también por ser predicador itinerante, acompañando a San Pablo de pueblo en pueblo. Gastándose y desgastándose por extender el evangelio, obedeciendo a Jesús que pidió a sus discípulos que diesen “testimonio de todo esto”, de su vida, muerte y resurrección.