Oct
Evangelio del día
“ Está cerca de vosotros el Reino de Dios ”
Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4, 10-17b
Querido hermano:
Dimas me ha abandonado, enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia; Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, pues me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Efeso.
El manto que dejé en Tróade, en casa de Carpo, tráelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los pergaminos.
Alejandro, el herrero, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras. Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.
En mi primera defensa, nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!
Mas el Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y lo oyeran todas las naciones.
Salmo de hoy
Salmo 144,10-11.12-13ab.17-18 R/. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
Reflexión del Evangelio de hoy
El Señor me ayudó para anunciar íntegro el mensaje
Hoy celebramos San Lucas, Pablo lo nombra en las recomendaciones finales de su segunda carta a Timoteo. El apóstol a final de su vida, se dispone a comparecer ante Dios: ha combatido el buen combate, ha acabado su carrera, se ha mantenido fiel. En este momento da algunas noticias sobre quién ha abandonado la misión, el futuro de algunos de sus colaboradores, o el trato recibido por un metalúrgico que se opuso con violencia a su persona y a sus palabras. Sólo Lucas está con él, compañero de viaje en el ministerio de la predicación, de transmitir la Palabra de Dios a los gentiles y de fundar comunidades. Mantenerse en la fe no debió ser fácil para estos primeros cristianos. Las dificultades físicas, ambientales, religiosas forjaron la evangelización de Pablo y de Lucas que pusieron su vida al servicio del anuncio del mensaje de Jesucristo. Dios estuvo con ellos porque no se reservaron nada para sí mismos. Todo lo hicieron en el nombre de aquel por quienes se sentían enviados, solo así la evangelización pudo dar sus frutos. ¿Me siento enviado por el Señor a anunciar al mundo de hoy su Palabra?
La mies es abundante y los obreros pocos
Lucas es el autor del tercer evangelio y del libro de los Hechos de los Apóstoles. El evangelio de hoy pertenece a una amplia sección (9,51-19,27) centrada en la idea del camino o la subida a Jerusalén. Comienza para Jesús y sus discípulos el camino de la misión, y éste debe partir del mismo Señor. La misión tiene como finalidad llevar a cabo el proyecto recibido del Padre. Los discípulos son los enviados, los mensajeros de la Palabra y aceptar a los mensajeros y el mensaje que anuncian es una opción libre de las personas a las que se les ofrece.
Los setenta y dos enviados no reciben un título especial, por lo que su anonimato incluye a todos los creyentes enviados a los pueblos y ciudades a anunciar el mensaje de Jesús. La imagen de la mies supone para Lucas la urgencia de llevar a todos el Reino de Dios y la posibilidad de crear una nueva sociedad más solidaria y fraterna: Rogad. “Rogar al dueño” no significa solo rezar para que el dueño envíe obreros (misioneros), sino implicarse en la tarea de la siega y completar lo que otros obreros ya hicieron.
La vida de los misioneros también forma parte del proyecto evangelizador. De ahí la indicación a no llevar nada que cree dificultades en el camino, proporcione seguridades o les reste libertad en la urgencia del Reino. El comportamiento al llegar a una casa debe ser en primer lugar dar la paz y llevar la salvación. Este deseo se hará realidad en personas abiertas a acoger el don de Dios; si no es así, volverá al enviado. Si son acogidos en la casa deben permanecer en ella y aceptar la hospitalidad que se les ofrece. De igual manera cuando los misioneros entren en una ciudad y sean bien recibidos deben realizar los signos de Reino que el mismo Jesús: curad enfermos, liberar, anunciar que aquello que anhelan está ya aquí en la persona de Jesús.
Lucas anuncio y vivió el evangelio en esta clave de pobreza, sencillez, libertad, ternura y misericordia. Este año de la misericordia a punto ya de concluir, es el propio evangelista, quien nos invita a mirar a Jesús y poner en práctica su amor misericordioso que no conoce límites.