Jun
Evangelio del día
“ Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia ”
Primera lectura
2ª Crónicas 24, 17-25
Después de la muerte de Joadá, los jefes de Judá fueron a rendir homenaje al rey, que les hizo caso. Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos. Por este pecado la cólera estalló contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos al Señor, pero no hicieron caso de sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joadá, que, erguido ante el pueblo, les dijo:
«Así dice Dios: “¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? ¡No tendréis éxito! Por haber abandonado al Señor, él os abandonará”».
Pero conspiraron contra él y, por mandato del rey, lo apedrearon en el atrio del templo del Señor. El rey Joás, olvidándose del amor que le profesaba Joadá, mató al hijo de este, que murió diciendo:
«Que lo vea el Señor y lo demande!».
Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, invadió Judá y Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria contaba con poca gente, el Señor le entregó un ejército enorme, por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se hizo justicia con Joás.
Al marcharse los sirios, dejándolo con múltiples dolencias, sus servidores conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Joadá.
Hirieron a Joás en la cama y murió.
Fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón real.
Salmo de hoy
Salmo 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34 R/. Le mantendré eternamente mi favor.
Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R/.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable.
Le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo. R/.
Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos. R/.
Castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas.
Pero no les retiraré mi favor
ni desmentiré mi fidelidad. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 6,24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Nadie puede servir a dos señores. Porque despreciará a uno y amará al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por vuestra vida pensando qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad los pájaros del cielo: no siembran ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos?
¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se arroja al horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso.
Buscad sobre todo el reino de Dios y su justicia; y todo esto se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le basta su desgracia».
Reflexión del Evangelio de hoy
Se olvidaron del templo del Señor
Cara y cruz del reinado de Joás, dentro del largo relato de la historia del reino de Judá. Miserias y apostasías se entremezclan con diverso peso. Ha lugar, no obstante, a la palabra profética de Zacarías, hijo de Yehoyadá, que denuncia el alejamiento de Dios por parte de Joás, motivo por el que será castigado con la retirada del favor divino. Esta tímida voz profética es silenciada con la muerte. Los hechos que después se suceden se leen como castigos divinos, sobre todo la invasión siria, el saqueo de Judá y Jerusalén y el atentado directo contra el rey que fallece en su lecho en señal de venganza. Por olvidarse del honor de Dios y de su morada, el templo, éste ha entregado el gran ejército de Judá en manos del casi insignificante ejército sirio. Hasta en su momento final, Joás será deshonrado. No faltan episodios vergonzantes en la historia del pueblo elegido, pero sobreabundan los gestos de generosidad de Yahvé que sigue fiel a la alianza, a pesar de las infidelidades de sus hijos.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia
¡Cuánta belleza contiene esta página evangélica en la que se nos conmina a no perdernos nunca por las ramas, sino ir siempre a lo esencial! Claro que necesitamos de los recursos materiales para sobrevivir, y que debemos desarrollar nuestra propia industria o rutina para acopiarlos. Pero Jesús nos anima a priorizar los recursos del Reino para vivir en el caldo de cultivo de la confianza del Padre, el que cuida de todos. Nosotros, como antaño la comunidad de Mateo, nos desenvolvemos entre la fe y la desconfianza; de ahí el buscar un estilo de vida ajustado a lo que Dios quiere que nos haga capaces de ordenar nuestra existencia en la tensión del Reino de Dios y su justicia. Valemos más que los pájaros del cielo y los lirios del campo, a quienes Dios viste y alimenta; aún con fe poca, los seguidores de Jesús valemos mucho más que las criaturas aludidas por el Maestro.
Frente a la preocupación por las cosas necesarias para la subsistencia, el creyente deja constancia que se sabe amado por el Padre tal como Jesús nos lo indica. Porque, al fin y al cabo, lo valioso es vivir según la justicia del Reino, y el Padre Dios se encargará del resto. Cumplir esta palabra nos permite gozar de una libertad creyente que nos habilita para servir a los iguales y dar encanto a nuestra vida diaria en nombre del Señor.
Conocer nuestra debilidad ¿nos anima a necesitar el perdón?
¿Caemos en la cuenta que Dios es Padre y Padre providente?