Sáb
19
Mar
2011

Evangelio del día

Primera Semana de Cuaresma

Todo es gracia

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel 7, 4-5a. 12-14a. 16

En aquellos días, vino esta palabra del Señor a Natán:

«Ve y habla a mi siervo David:
“Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré tu reino.

Será el quien construya una casa a mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre.

Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.

Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre”».

Salmo de hoy

Salmo 88, 2-3. 4-5. 27 y 29 R/. Su linaje será perpetuo.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/.

«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades». R/.

Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4, 13. 16-18. 22

Hermanos:

No por la ley sino por la justicia de la fe recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba a ser heredero el mundo.

Por eso depende de la fe, para que sea según gracia; de este modo, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la que procede de la ley, sino también para la que procede de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros.

Según está escrito: «Te he constituido padre de muchos pueblos»; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe.

Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había dicho:
«Así será tu descendencia».

Por lo cual le fue contado como justificación.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Reflexión del Evangelio de hoy

Nuestra comunidad celebra especialmente la festividad de hoy, pues es San José. Vivimos en la ciudad de Valencia y aunque en la actualidad no todos residimos en ella sí que conocemos bien las fiestas que aquí se celebran, las Fallas. Les aseguro que siempre hemos disfrutado juntos de ellas y que han sido muy importantes en nuestras biografías. Pero además tenemos también otros motivos que nos llenan de alegría, como es poder reflexionar uno de los pocos textos evangélicos en los que aparece la figura de José de Nazaret.

El texto de Mateo no es mucho lo que nos dice acerca de él, sin embargo, los detalles que nos brinda nos han parecido preciosos. Pues de José se dice que era una persona justa, que soñaba, que escuchó el mensaje que venía de parte de Dios y que se atrevió a ponerlo en práctica. No está nada mal el retrato que se ofrece de este hombre, ¿verdad?

Intentando ir un poco más allá, hemos buscado aquello a lo que el texto puede apuntar y que podríamos poner en marcha en nuestras vidas tanto personales, comunitarias como también eclesiales. Así que la Palabra de hoy nos ha hecho caer en la cuenta de algunas actitudes que queremos rescatar para esta Cuaresma.

La primera de ellas es encontrarnos con José de Nazaret como un ser humano “justo”. Parece que la noticia de que su prometida María esperaba un hijo le hizo iniciar un hondo discernimiento. La situación no se presentaba sencilla. Por un lado estaba la Ley, que regía su vida judía. Así que si cumplía sus rígidos preceptos, debía repudiar a María. Eso hubiera supuesto el dejar a la mujer que amaba en un estado de vulnerabilidad total frente a su sociedad. Por otro lado, no quiso ejercer el poder que le otorgaba la Ley, se dejó vencer por los sentimientos hacia María. A José de Nazaret le pudo el amor y decidió “repudiarla en secreto”. Esta decisión dolorosa y traumática muestra la relación profunda que debió darse entre estos dos jóvenes, María y José.

La segunda pincelada que queremos rescatar es la de “soñador”. José de Nazaret viene de una estirpe en la que ya a otros Dios se les había revelado a través de ese estado, como le sucedió a José –que supo interpretar los sueños de otros – y a Jacob –que en medio del sueño luchó contra Dios–. Nos ha parecido el sueño un medio muy sugerente para poder dejar un espacio por donde la divinidad pueda colarse y manifiestar sus proyectos hacia nosotros/as. Estamos tércamente convencidos de que los sueños manifiestan lo que somos y en ellos la Sabiruría nos muestra sus propuestas.

La última es la de su capacidad para la “escucha” y su atrevimiento al ponerla en práctica. No nos resulta siempre sencillo escuchar. A veces no invertimos el tiempo necesario para hacerlo atentamente, ni a los otros ni tampoco a Dios. Simplemente, estamos en otras voces que parecen tener más autoridad. De ahí que nos siga sorprendiendo cómo José de Nazaret se atrevió a tomar una decisión que “complicaría” tanto su vida.

Nos encantaría saber que la justicia, los sueños, la escucha atenta y el atrevimiento están cerca de nuestras vidas y de nuestras instituciones eclesiales. Pues también en esta festividad se celebra el día del Seminario. Acontecimiento que nos hace reflexionar acerca del largo camino que nos queda aún para lograr sueños en los que se reconozca la plenitud de las mujeres, que se escuche su vergonzosa minoridad y que se den pasos atrevidos para lograr su derecho a recibir los siete sacramentos, en lugar de quedar fuera de los órganos de gobierno, en nombre de una menor capacidad sacramental.

Para felicitarles queremos compartir esta imagen-predicadora del pintor dominico Juan Bautista Maíno (Pastrana 1581-Madrid 1649) en la que aparece una figura de José de Nazaret poco común: está “comiéndose” a besos a su hijo recién nacido, al Salvador.
Imagen extraida de: Alicia Pérez Tripiana y Maria Ángeles Sobrino López, Jesús en el Museo del Prado. PPC, Madrid 2009.