Mié
2
Jun
2010
Cuando resuciten, los hombres y mujeres serán como ángeles del cielo .

Primera lectura

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1, 1-3. 6-12

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios para anunciar la promesa de vida que hay en Cristo Jesús, a Timoteo, hijo querido: gracia, misericordia y paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro.

Doy gracias a Dios, a quien sirvo, como mis antepasados, con conciencia limpia, porque te tengo siempre presente en mis oraciones noche y día.

Por esta razón te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza.

Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios.

El nos salvó y nos llamó con una vocación santa, no por nuestras obras, sino según su designio y según la gracia que nos dio en Cristo Jesús desde antes de los siglos, la cual se ha manifestado ahora por la aparición de nuestro Salvador, Cristo Jesús, que destruyó la muerte e hizo brillar la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio.

De este Evangelio fui constituido heraldo, apóstol y maestro. Esta es la razón por la que padezco tales cosas, pero no me avergüenzo, porque sé de quién me he fiado, y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para velar por mi depósito hasta aquel día.

Salmo de hoy

Salmo 122, 1b-2b. 2cdefg R/. A ti, Señor, levanto mis ojos.

A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores. R/.

Como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 12, 18-27

En aquel tiempo, se acercan a Jesús unos saduceos, los cuales dicen que no hay resurrección, y le preguntan:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero no hijos, que se case con la viuda y de descendencia a su hermano”.

Pues bien, había siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer.

Cuando llegue la resurrección y resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque los siete han estado casados con ella».

Jesús les respondió:
«¿No estáis equivocados, por no entender la Escritura ni el poder de Dios? Pues cuando resuciten, ni los hombres se casarán ni las mujeres serán dadas en matrimonio, serán como ángeles del cielo.

Y a propósito de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: “Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob”? No es Dios de muertos, sino de vivos. Estáis muy equivocados».

Reflexión del Evangelio de hoy

Pablo escribe su segunda carta a Timoteo desde Roma. Está en la cárcel, cargado de cadenas y de años, e intuye que el juicio al que va a ser sometido acabará con su vida. En esas circunstancias, el duro y austero Pablo pide a su fiel discípulo y amigo Timoteo que vaya a verle. La atención y cariño que muestra en otras cartas hacia diversas personas, lo solicita ahora para él. Un gesto que, por humano y cristiano, le honra.

Trampa saducea es la manipulación capciosa de una afirmación, opinión o doctrina con el fin de que el adversario dé un paso en falso, se contradiga, quede en ridículo o cometa un grave error. Esta definición tiene su origen en la famosa pregunta que, según el párrafo evangélico de hoy, los saduceos hacen a Jesús, basándose en la Ley del Levirato (Dt 25,5), tratando de ponerle en apuros, con un ejemplo grotesco y extravagante.

  • Triple respuesta de Jesús

El matrimonio es propio de los humanos. Cuando resucitemos, en el cielo, no necesitaremos este sacramento. Seremos como ángeles, inmortales. Tal como le exponen los saduceos su pregunta-trampa, la finalidad del matrimonio era la procreación. No hará falta en el cielo. No hace falta que Jesús diga que eso no significa que, con el matrimonio, desaparezca el amor, la amistad, la fraternidad, etc. Todo lo contrario, allí encontrarán su plenitud.

En el cielo seremos como ángeles. ¿Qué significa ser como ángeles? No tener las necesidades físicas y materiales propias de los humanos, y, lo que es más importante, poseer a perpetuidad las mejores actitudes y disposiciones personales, sobre todo de tipo espiritual. Lo expresamos cuando decimos de alguien: “¡Es un ángel”.

En el cielo continuaremos siendo hijos de Dios. Y él será para siempre Padre nuestro, y ejercerá como tal. Y nosotros seremos todos hermanos, y como tales ejerceremos.

  • “Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos”

“La vida de los que en ti creemos no termina, se transforma”, no es sólo una frase para consolar a los familiares y amigos de la persona difunta. Indica el inicio de la segunda y definitiva parte de la película de nuestra vida. “Para él todos están vivos”. Esta convicción lo cambia todo. Aparentemente, todos, mientras vivimos, hacemos las mismas o parecidas cosas: sin embargo, la convicción y creencia en la resurrección, lo cambia todo. La intención, la actitud y, a veces, el mismo resultado, serán distintos.
 

Fray Hermelindo Fernández Rodríguez

Fray Hermelindo Fernández Rodríguez
(1938-2018)