May
Evangelio del día
“ Quien quiera ser el primero que sea el servidor de todos ”
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 2, 1-11
Hijo, si te acercas a servir al Señor,
permanece firme en la justicia y en el temor,
y prepárate para la prueba.
Endereza tu corazón, mantente firme
y no te angusties en tiempo de adversidad.
Pégate a él y no te separes,
para que al final seas enaltecido.
Todo lo que te sobrevenga, acéptalo,
y sé paciente en la adversidad y en la humillación.
Porque en el fuego se prueba el oro,
y los que agradan a Dios en el horno de la humillación.
Confía en él y él te ayudará,
endereza tus caminos y espera en él.
Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia
y no os desviéis, no sea que caigáis.
Los que teméis al Señor, confiad en él,
y no se retrasará vuestra recompensa.
Los que teméis al Señor, esperad bienes,
gozo eterno y misericordia.
Los que teméis al Señor, amadlo
y vuestros corazones se llenarán de luz.
Fijaos en las generaciones antiguas y ved:
¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?,
o ¿quién perseveró en su temor y fue abandonado?,
o ¿quién lo invocó y fue desatendido?
Porque el Señor es compasivo y misericordioso,
perdona los pecados y salva en tiempo de desgracia,
y protege a aquellos que lo buscan sinceramente.
Salmo de hoy
Salmo 36 R/. Encomienda tu camino al Señor, y él actuará
Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.
El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R/.
Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.
El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».
Reflexión del Evangelio de hoy
Hoy, en el libro del Eclesiástico, Primera Lectura, se nos pide vivir una sabiduría práctica, efectiva y real, que no se quede en la pura teoría: “Hijo mío, prepárate para las pruebas”. Porque llegarán. Y es entonces el momento de validar nuestra confianza y fidelidad a Dios.
En el Evangelio, Jesús vuelve a hablar a sus discípulos de su pasión y de su muerte. Y Pedro, aprendida la lección de Jesús, se calla y trata de asumir, aunque no entienda, lo inevitable.
Los importantes
La firmeza y la claridad con que Jesús les anuncia lo que va a suceder con él, por segunda vez, tenía que provocar en ellos sentimientos similares a los de Jesús: “Va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán”. Pues, a pesar de la insistencia de Jesús, “no entendieron nada”, y, lo que es más grave, “les daba miedo preguntarle”. Y también les daba miedo el riesgo de no estar bien colocados a la hora de la posible ausencia del Señor: ¿Serían todos iguales? ¿Habría algún riesgo de que alguno de ellos pisara a los demás y se declarara “el primero”? ¿Quién era, entre ellos, el más importante?
“Llegados a Cafarnaún y ya en casa les pregunta: ¿de qué discutíais por el camino?” Y dice san Marcos que ellos, como párvulos sorprendidos en la primera picia escolar, “no contestaron”. No contestaron porque habían discutido “quién era entre ellos el más importante”. Esto era para ellos – y quizá es ahora para nosotros- lo fundamental, por encima de lo que les estaba diciendo Jesús sobre su próxima pasión y muerte en Jerusalén. Por eso tuvo que comenzar otra vez por el principio.
Los primeros. Grandeza de lo pequeño
“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”. Según Jesús, no es el primero ni importante el hombre de prestigio, seguro de sí mismo, exitoso en la vida profesional, aplaudido por las gentes y buscado por los medios. Importantes son los hombres y mujeres que, aunque lo tengan, no viven para el éxito personal; los que se preocupan por la felicidad de los demás y, para lograrlo, ponen su vida al servicio de los otros. Son personas creativas, que tratan de detectar situaciones inhumanas o con escasa humanidad, para actuar, servir, ayudar, liberar, humanizar.
Y lo hacen con actitudes y formas evangélicas, con bondad, cercanía y hasta con ternura. Bondad que envuelve su trabajo, su quehacer de cada día, sus relaciones, su convivencia entera. El agradecimiento que manifiestan a la vida, don que reciben de Dios cada mañana, lo expanden y entregan a los demás, a quienes escuchan y con quienes trabajan, caminan, comen, lloran y ríen.
No se trata de idealizar el peso de lo cotidiano y la experiencia de la mediocridad que puede acompañar, siendo sinceros, nuestra vida y conducta. Sino de valorar la vida de cada día donde los seguidores de Jesús preparamos y vamos encontrando la vida eterna.