Sep
Evangelio del día
“ No he venido a llamara a los justos sino a los pecadores ”
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4, 1-7. 11-13
Hermanos:
Yo, el prisionero por el Señor, os ruego que andéis como pide la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobre llevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vinculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que está sobre todos, actúa por medio de todos y ésta en todos.
A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo.
Y él ha constituido a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelizadores, a otros, pastores y doctores, para el perfeccionamiento de los santos, en función de su ministerio, y para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al Hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud.
Salmo de hoy
Salmo 18, 2-3. 4-5 R/. A toda la tierra alcanza su pregón
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los limites del orbe su lenguaje. R.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo:
«Sígueme».
Él se levantó y lo siguió.
Y estando en la casa, sentado en la mesa, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaban con Jesús y sus discípulos.
Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos:
«¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?».
Jesús lo oyó y dijo:
«No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "Misericordia quiero y no sacrificio": que no he venido a llamar a justos, sino a los pecadores».
Reflexión del Evangelio de hoy
“A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del Don de Cristo”
En Cristo hemos sido salvados todos, esa gracia que nos mereció Él, se manifiesta en cada uno de nosotros de distinta forma; aunque todos somos llamados a la unidad del Cuerpo de Cristo, por ser todos sus miembros. Pablo nos recuerda que según los dones recibidos, cada uno tiene una característica distinta y distinta tarea, cada uno tenemos que trabajar según nuestras cualidades por el bien común, respetando el trabajo de cada uno, para que, a la vez que crecemos personalmente, también vaya creciendo la comunidad cristiana en unidad, según designio de Cristo.”Qué sean uno, como tu Padre estás en mi y yo en ti, para que el mundo crea “. Sólo viviendo esa unidad de fe en las distintas funciones que nos toque desarrollar podremos edificar el Cuerpo de Cristo, hasta llegar al conocimiento perfecto del Hijo de Dios, a su plenitud. Así trabajaron los apóstoles, como Mateo, cuya fiesta celebramos, proclamó y escribió la buena noticia, con un matiz especial, llegar al pueblo judío, convencerle de que Jesús era el Mesías anunciado en el Antiguo Testamento.
“No he venido a llamara a los justos sino a los pecadores”
Mateo, recaudador de impuestos, por tanto, mal visto por el pueblo judío, considerado como un publicano, que lejos de ser fiel a la Alianza, cobra los impuestos a los de su pueblo para dar el dinero a sus dominadores; mientras estaba sentado a la mesa de los impuestos, pasa Jesús, lo ve y le llama. El llama a todos, pero los justos no necesitan ser llamados ya están con Él.
Es Mateo mismo el que nos cuenta la escena: pasa Jesús y le dice “Sígueme”. Mateo se levantó y lo siguió. Jesús, sigue llamando, pero no siempre encuentra una respuesta radical. Jesús entra en casa de Mateo junto con otros publicanos y pecadores, esto le acarrea el desprecio de los fariseos:”Vuestro maestro come con publicanos y pecadores. La lección de Jesús es preciosa: “No he venido a curar a los sanos, sino a los enfermos”. Sigamos sus pasos, busquemos a los que necesitan nuestra ayuda, aunque nos critiquen, también a Jesús lo criticaron.