Feb
Evangelio del día
“ El que pierda su vida por mi causa, la salvará ”
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio 30, 15-20
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de ti la vida y muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob».
Salmo de hoy
Salmo 1, 1-2. 3. 4 y 6 R./ Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 9, 22-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día».
Entonces decía a todos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo?».
Reflexión del Evangelio de hoy
“Elige la vida y vivirás”
Siempre podemos y debemos hacer una lectura cristiana del Antiguo Testamento. Siempre podemos leer sus textos a la luz de Jesús y su buena noticia. El “hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal… elige la vida y vivirás” lo podemos completar con lo que nos ha dicho Jesús. Queriendo elegir la vida, el bien, con frecuencia, no acertamos a saber dónde están. Por eso, nos ayuda mucho oír a Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Ya sabemos, con toda seguridad, dónde está el camino que nos lleva a la vida. Está personificado en Jesús. Sigamos a Jesús, imitémosle, tengamos sus mimos sentimientos, sus mismos valores, sus mismas reacciones… acertaremos y disfrutaremos de vida y vida en abundancia.
“El que pierda su vida por mi causa, la salvará”
Iniciando la cuaresma, los textos litúrgicos nos presentan a Jesús anunciando su muerte y su resurrección. Desde este primer momento cuaresmal, hay que recordar que la trayectoria de Jesús no acaba en el viernes santo, en la muerte en la cruz, sino en el domingo de pascua, en su resurrección. Si somos sus seguidores a nosotros nos ocurrirá lo mismo. Muy posiblemente tengamos que soportar la cruz de cada día en el intento de seguir a Jesús, pero si le seguimos en todo momento, si andamos por su camino, si somos capaces de entregar nuestra vida a nuestros hermanos por su causa, también a nosotros nos espera, después de nuestro viernes santo, nuestro domingo de resurrección, y resucitaremos a la vida, a una vida de total y eterna felicidad. Es la promesa de Jesús.