Feb
Evangelio del día
“ Todo es posible al que tiene fe ”
Primera lectura
Lectura de la carta del apóstol Santiago 3,13-18:
Queridos hermanos:
¿Quién de vosotros es sabio y experto? Que muestre sus obras como fruto de la buena conducta, con la delicadeza propia de la sabiduría.
Pero si en vuestro corazón tenéis envidia amarga y rivalidad, no presumáis, mintiendo contra la verdad.
Esa no es la sabiduría que baja de lo alto, sino la terrena, animal y diabólica.
Pues donde hay envidia y rivalidad, hay turbulencia y todo tipo de malas acciones.
En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera.
El fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz.
Salmo de hoy
Salmo : Salmo 18, 8. 9. 10. 15 R . Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes. R/.
Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos. R/.
El temor del Señor es puro
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos. R/.
Que te agraden las palabras de mi boca,
y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, Jesús y los tres discípulos bajaron del monte y volvieron a donde estaban los demás discípulos, vieron mucha gente alrededor y a unos escribas discutiendo con ellos.
Al ver a Jesús, la gente se sorprendió y corrió a saludarlo. Él les preguntó:
«¿De qué discutís?».
Uno de la gente le contestó:
«Maestro, te he traído a mi hijo; tiene un espíritu que no lo deja hablar; y cuando lo agarra, lo tira al suelo, echa espumarajos, rechina los dientes y se queda rígido. He pedido a tus discípulos que lo echen y no han sido capaces».
Él, tomando la palabra, les dice:
«Generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os tendré que soportar? Traédmelo».
Se lo llevaron.
El espíritu, en cuanto vio a Jesús, retorció al niño; este cayó por tierra y se revolcaba echando espumarajos.
Jesús preguntó al padre:
«¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto?».
Contestó él:
«Desde pequeño. Y muchas veces hasta lo ha echado al fuego y al agua para acabar con él. Si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos».
Jesús replicó:
«¿Si puedo? Todo es posible al que tiene fe».
Entonces el padre del muchacho se puso a gritar:
«Creo, pero ayuda mi falta de fe».
Jesús, al ver que acudía gente, increpó al espíritu inmundo, diciendo:
«Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: sal de él y no vuelvas a entrar en él».
Gritando y sacudiéndolo violentamente, salió.
El niño se quedó como un cadáver, de modo que muchos decían que estaba muerto.
Pero Jesús lo levantó cogiéndolo de la mano y el niño se puso en pie.
Al entrar en casa, sus discípulos le preguntaron a solas:
«¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?».
Él les respondió:
«Esta especie solo puede salir con oración».
Reflexión del Evangelio de hoy
Los que procuran la paz siembran la paz, y su fruto es la justicia
La comunidad cristiana precisaba, y precisa, de maestros que desde su sapiencia servicial ayuden a sus hermanos a vivir de modo inteligentemente creyente; éstos, los maestros, eran rangos relevantes quienes, por lo mismo, ejercían sobre algunos una poderosa atracción, siendo status apetecidos en algunas comunidades. Pero la comunidad cristiana pedía, y pide, una enorme responsabilidad a los que sirven como maestros, pues entiende que para fungir como tal no basta acreditar una pericia, un saber, que puede ser falso si se cifra casi en exclusiva en una teoría, y sin que dicho saber modele las actitudes del sabio que, más pronto que tarde, incurrirá en altanería y soberbia. Santiago nos dice que el auténtico saber, el que viene además de arriba, es siempre una invitación a vivir con sentido, pacífico y pacificador por más señas, traducible siempre en obras de cercanía fraterna y veraz. Y constructor de comunidad cristiana. Por eso engendra paz, la que sólo se construye sobre los cimientos de la misericordia del Padre y tiene marcada vocación de edificar paz en la fraternidad.
Todo es posible al que tiene fe
La luminosa transfiguración es la inmediata página a nuestro texto. Un Cristo nimbado de gloria de poco nos sirve si, al tiempo, la humanidad ejerce de doliente. La montaña es la luz, sí, pero en el valle están los demás discípulos que pretenden curar a un niño epiléptico sin lograrlo. La presencia y la cercanía de Jesús es la clave para alentar la fe del padre sufriente y ayudarle a descubrir el hablar, orante, con el Padre Dios. Y mientras el niño se debate con su enfermedad. Jesús de Nazaret manifiesta su poder, expresión de su propia fe, pero no ignora que está entre gente incrédula; su experiencia del Padre se torna ahora servicio y curación, y desde la confianza que acredita, Jesús es el medio para que la vida del Padre llegue a la humanidad herida. En este clima, es digna de resaltarse la fe del padre del niño, quien ayudado por Jesús ruega en gesto humilde: creo, ayuda mi incredulidad. Es la grandeza del padre. Confía en aquel que rechazan los escribas y más tarde pretenderán callarlo condenándolo a muerte. La fe del padre, al conjuro de Jesús, se torna creadora, comunicadora de vida, y será el primer signo del camino. El poder que emana de Jesús se sustancia en su camino de muerte-vida (si el grano de trigo...), pues solo el que da la vida puede ser signo del amor de Dios, y el papá del niño aprende a creer escuchando a Jesús y poniendo toda su energía al servicio de su hijo enfermo.