Ago
Evangelio del día
“ ¿De Nazaret puede salir algo bueno? ”
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis 21, 9b-14
El ángel me habló diciendo:
«Mira, te mostraré la novia, la esposa del Cordero».
Y me llevó en espíritu a un monte grande y elevado, y me mostró la ciudad santa de Jerusalén que descendía del cielo, de parte de Dios, y tenía la gloria de Dios; su resplandor era semejante a una piedra muy preciosa, como piedra de jaspe cristalino.
Tenía una muralla grande y elevada, tenía doce puertas y sobre las puertas doce ángeles y nombres grabados que son las doce tribus de Israel.
Al oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y al poniente tres puertas, y la muralla de la ciudad tenía doce cimientos y sobre ellos los nombres de los doce apóstoles del Cordero.
Salmo de hoy
Salmo 144, 10-11. 12-13ab. 17-18 R/. Tus santos, Señor, proclamen la gloria de tu reinado.
Que todas tus criaturas te den gracias,
Señor, que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y la majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones.
Cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 45-51
En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dijo:
«Aquel de quien escribieron Moisés en la ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret».
Natanael le replicó:
«¿De Nazaret puede salir algo bueno?».
Felipe le contestó:
«Ven y verás».
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él:
«Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño».
Natanael le contesta:
«¿De qué me conoces?».
Jesús le responde:
«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi».
Natanael respondió:
-«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús le contestó:
«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores».
Y le añadió:
«En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».
Evangelio de hoy en audio
Reflexión del Evangelio de hoy
Vi la nueva Jerusalén
Dios siempre nos pone a sus Ángeles para mostrarnos nuestro mundo, un mundo al que acercarnos para ver su mano, aunque muchas veces no queramos ver las grandezas que hace. Ahora lo que quiere mostrarnos es la unión del Esposo con la Esposa; esa Esposa es la Iglesia y el Esposo es Cristo, un momento muy esperado que Dios nos regala, en un estado perfecto, único y brillante.
Para poder ver bien esta visión nos lleva a un cerro alto desde el cual se ve en todo su esplendor, podríamos verlo como el monte de la meditación y de la fe. Y hoy podríamos subir a ese cerro, y meditar, contemplar, y agarrarnos a nuestra fe, y ver nuestra Iglesia , ¿está como nos la mostraron? Desgraciadamente no es así. Vivimos un momento difícil en nuestra iglesia, que muchos han abandonado, han renegado de ella, la han insultado…, y tenemos que recuperar esa Iglesia que Juan nos quiere mostrar.
Antes de llegar a la ciudad de Jerusalén podemos ver un muro, no para separarnos, para aislarnos; al contrario, ese muro es nuestra seguridad, que nos aleja de todo mal, de nuestros enemigos, es ciudad abierta para todo el pueblo de Dios. El cimiento del muro es la promesa que Dios nos hizo, la presencia de Cristo en ella, Él es nuestra piedra preciosa, que brilla y resplandece con su pasión, muerte y resurrección .
La lectura nos dice que hay doce puertas y en cada puerta doce nombres, que son los nombres de los Apóstoles que ayudan a mantener viva nuestra iglesia. Los Apóstoles del Cordero que representan la iglesia de Cristo, donde todos somos acogidos, donde todos somos iguales ante Dios. Nos lo dice Pablo en Efesios 2, 19-22:
“Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu”. Estas puertas son un camino de entrada para llegar al corazón de la iglesia, al corazón de Cristo.
¿De Nazaret puede salir algo bueno?
El evangelio de hoy nos lleva al encuentro personal con Jesús, un encuentro de tú a tú, de amigos, de conocidos, o incluso con desconocidos. Un encuentro que nos hace ser testigos de nuestra fe. Un encuentro que nos une y nos hace hermanos.
Así podemos ver cómo fueron los comienzos de nuestro cristianismo, ese encuentro que vivieron los apóstoles con Jesús, que sintieron algo muy especial al verle, algo que les transformó el corazón y atentos a su llamada dejaron todo y se fueron con Él.
Hoy es la fiesta del Apóstol San Bartolomé, él nos ayuda a recordar el motivo por el que fue creado el grupo de los Apóstoles. Bartolomé vivió este encuentro con Jesús, ciertamente con muchas dudas, ya que dudó de si de Nazaret podría salir algo bueno, dudó de Jesús; por eso muchas veces el testimonio de otros nos pueden a ayudar a VER, a disipar esas dudas, a llevarnos con su testimonio a VER el rostro de Jesús, y creer que él es el Camino que nos lleva a Dios, es la VERDAD que nos hace hijos de Dios y hermanos suyos, y es la VIDA que nos hace ser uno con Cristo.
Así como Felipe le dijo a Bartolomé: “VEN Y VERÁS”, así puede ser nuestra primera experiencia en nuestra búsqueda de Dios. Pudo ser otra persona quien nos mostró el camino de nuestra fe, nos ayudó a CREER, a SEGUIR, a CONFIAR, porque vimos en ellos ese brillo de Cristo en sus ojos, sentimos ese Amor que Cristo nos da en el corazón de los otros, en su forma de vivir , de transmitir lo que sienten, en su felicidad. Eso nos transforma y nos ayuda a ser amigos de Jesús.
Los Apóstoles son comparados con las doce puertas de Jerusalén, la Jerusalén celestial, a través de las cuales todos podemos entrar en el mismo corazón de Dios, en el corazón de la iglesia.
Al igual que dentro del grupo de los seguidores de Jesús hay mucha variedad, también dentro de la iglesia sigue habiendo mucha variedad, hombres y mujeres, jóvenes y menos jóvenes, pobres, campesinos, incluso quienes viven un tanto escépticos pero que aun así forman parte de nuestra iglesia.
Es muy importante que exista esa variedad porque se abre ante nosotros un mar de riqueza, una iglesia llena de vida y así nuestra iglesia y el evangelio será extendido a todas las partes, y la siembra tendrá su fruto.
Quizás también nosotros, como Bartolomé, dudamos de las cosas sencillas que Jesús nos pone en el camino y no somos capaces de ver en la gente humilde y sencilla, en esos a los que nadie quiere, al mismo Cristo que habita en sus corazones, el que murió y resucitó por todos.
Sin embargo somos llamados a escuchar lo bueno que Dios pone en nuestra vida, tenemos que ver la misericordia de Dios en cada situación, en cada momento, aunque creamos que Él no está ahí presente.
Jesús es la llave que nos abre las puertas de la iglesia, nuestra iglesia. A la que todos, no sólo estamos invitados, sino que tenemos la obligación, el derecho y el gozo de hacer una iglesia viva, que tenga las puertas abiertas a todos. Una iglesia que no genere dudas, sino seguridad y PAZ.
Jesús es nuestro camino que nos llama de una manera personal para ir y ver las grandezas de Dios.