May
Evangelio del día
“ Vuestra misericordia es como rocío de madrugada que se evapora. ”
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico 17, 1-15
El Señor creó al ser humano de la tierra,
y a ella lo hará volver de nuevo.
Concedió a los humanos días contados y un tiempo fijo,
y les dio autoridad sobre cuanto hay en la tierra.
Los revistió de una fuerza como la suya
y los hizo a su propia imagen.
Hizo que todo ser viviente los temiese,
para que dominaran sobre fieras y aves.
Discernimiento, lengua y ojos,
oídos y corazón les dio para pensar.
Los llenó de ciencia y entendimiento,
y les enseñó el bien y el mal.
Puso su mirada en sus corazones,
para mostrarles la grandeza de sus obras,
y les concedió gloriarse por siempre de sus maravillas.
Por eso alabarán su santo nombre,
para contár la grandeza de sus obras.
Puso delante de ellos la ciencia,
y les dejó en herencia una ley de vida.
Estableció con ellos una alianza eterna,
y les enseñó sus decretos.
Sus ojos vieron la grandeza de su gloria
y sus oídos oyeron su voz gloriosa.
Les dijo: «Guardaos de toda iniquidad»,
y les dio a cada uno preceptos acerca del prójimo.
La conducta humana está siempre ante Dios,
no puede ocultarse a sus ojos.
Salmo de hoy
Salmo 102, 13-14. 15-16. 17-18a R/. La misericordia del Señor dura siempre, para los que cumplen sus mandatos
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro. R/.
Los días del hombre duran lo que la hierba,
florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla. R/.
Pero la misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Marcos 10, 13-16
En aquel tiempo, le acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.
Reflexión del Evangelio de hoy
…y lo hizo a su propia imagen
¿Qué es el hombre sino un maravilloso proyecto de Dios hecho realidad?
¿Qué es el hombre sino una manifestación real de la grandeza de Dios?
¿Qué es el hombre sino fruto del AMOR?
¿Qué es el hombre sino la obra de un gran artista en la que queda reflejada la dignidad, la libertad, la inteligencia, la misericordia, la sabiduría, la solidaridad…? Pinceladas de Dios. Colores de Dios.
A través de una obra de arte, el artista permanece vivo. Al contemplarla, el artista es estudiado, reconocido, valorado y admirado.
El destino del hombre, como gran obra, es exponerse y testificar a Dios en el gran museo de la vida. Que al contemplarlo, Dios sea reconocido, valorado, admirado, seguido y deseado.
…de los que son como ellos es el Reino de Dios.
En la Galilea de Jesús, ser niño equivalía a no tener sitio en la sociedad. Alguien insignificante, invisible. A veces una “carga familiar” en el sentido más pleno de la palabra. Alguien a quien se puede abandonar. Y Jesús, ignorando a los adultos, abraza a los más pequeños, a los más necesitados de amor y cuidados, a los olvidados. Y un abrazo, es entrega y acogida.
Y… el Reino de Dios es de los que son como ellos.
Ser niño, si los adultos lo permiten, es sinónimo de confianza plena en los padres, de sinceridad, de inocencia, de ausencia de malicia. También de alegría, de sencillez, de vitalidad, de energía, de constancia, de entrega, de amistad, de perdón. Todo lo esperan, todo lo reciben con alegría. Nunca se rinden. Agradecidos con el abrazo, abiertos a la sonrisa, rebeldes. Limpios. Claros.
Y… el reino de Dios es de los que son como ellos.