Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

Primera lectura

Lectura del libro del Eclesiástico 2, 1-11

Hijo, si te acercas a servir al Señor,
permanece firme en la justicia y en el temor,
y prepárate para la prueba.
Endereza tu corazón, mantente firme
y no te angusties en tiempo de adversidad.
Pégate a él y no te separes,
para que al final seas enaltecido.
Todo lo que te sobrevenga, acéptalo,
y sé paciente en la adversidad y en la humillación.
Porque en el fuego se prueba el oro,
y los que agradan a Dios en el horno de la humillación.
Confía en él y él te ayudará,
endereza tus caminos y espera en él.
Los que teméis al Señor, aguardad su misericordia
y no os desviéis, no sea que caigáis.
Los que teméis al Señor, confiad en él,
y no se retrasará vuestra recompensa.
Los que teméis al Señor, esperad bienes,
gozo eterno y misericordia.
Los que teméis al Señor, amadlo
y vuestros corazones se llenarán de luz.
Fijaos en las generaciones antiguas y ved:
¿Quién confió en el Señor y quedó defraudado?,
o ¿quién perseveró en su temor y fue abandonado?,
o ¿quién lo invocó y fue desatendido?
Porque el Señor es compasivo y misericordioso,
perdona los pecados y salva en tiempo de desgracia,
y protege a aquellos que lo buscan sinceramente.

Salmo de hoy

Salmo 36 R/. Encomienda tu camino al Señor, y él actuará

Confía en el Señor y haz el bien,
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre;
no se agostarán en tiempo de sequía,
en tiempo de hambre se saciarán. R/.

Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa;
porque el Señor ama la justicia
y no abandona a sus fieles.
Los inicuos son exterminados,
la estirpe de los malvados se extinguirá. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Marcos 9, 30-37

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos.
Les decía:
«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará».
Pero no entendían lo que decía, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y una vez en casa, les preguntó:
«¿De qué discutíais por el camino?».
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:
«Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos».
Y tomando un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:
«El que acoge a un niño como este en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado».

Reflexión del Evangelio de hoy

Confía en Dios, que Él te ayudará

Proseguimos la lectura continua de la misa con el libro sapiencial que comenzamos ayer. Para sacar sabor a la vida hoy nos acercamos al temor de Dios, que no significa tener una reacción de miedo, pues el mismo texto  nos dice: “No te asustes en el momento de la prueba”; se trata, pues, de un aprendizaje, como se dice también en el salmo 34: “Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor”.

¿Y cómo se aprende esa conducta? Ante todo “pegándonos al Señor” en el momento de la prueba. Jesús también prepara a sus discípulos diciéndoles que el Hijo del Hombre va a ser entregado a la muerte y, como el discípulo no es más que el maestro, les está anunciando también su destino.

¿Cómo podemos prepararnos para las pruebas? Nos lo dice el texto de la primera lectura a continuación: sed valientes, no abandonéis al Señor, aceptad cuanto suceda, aguantad enfermedad y pobreza, confiad en Dios, esperad en su misericordia; esperad bienes perpetuos, gozo y salvación.

La lectura concluye mirando a las generaciones pasadas donde nadie que confió en el Señor quedó defraudado. Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?

Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos

El capítulo 9 del evangelista san Marcos comienza con la transfiguración y en el pasaje de hoy Jesús y sus discípulos se marcharon del monte.

Jesús no se había transfigurado delante de todos los discípulos, sino que escogió a tres de ellos para mostrarles este prodigio. ¿Serán más importantes que los demás por este privilegio? Pero los demás tampoco se quedaron sin misión, pues cuando bajaron del monte les encontraron discutiendo con unos escribas porque no pudieron realizar un milagro. Entre hermanos, no hay niveles de importancia y por eso Jesús les insiste en no buscar los primeros puestos para pertenecer al Reino de Dios; basta con acoger a los más sencillos, en nombre de Jesús, que es de lo único que seremos examinados en el juicio final: “El que recibe a un niño, me recibe a mí”. ¿Practicamos el servicio a los hermanos como misión nuestra: muriendo a nuestras apetencias para que otros tengan vida?