Dic
Evangelio del día
“ Un grito se oye en Ramá ”
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 1, 5 – 2, 2
Queridos hermanos:
Este es el mensaje que hemos oído de Jesucristo y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él y vivimos en las tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero, si caminamos en la luz, lo mismo que él está en la luz, entonces estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia.
Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos mentiroso y su palabra no está en nosotros.
Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no solo por los nuestros, sino también por los del mundo entero.
Salmo de hoy
Salmo 123, 2-3. 4-5. 7b-8 R/. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R/.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes. R/.
La trampa se rompió,
y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 13-18
Cuando se retiraron los magos, el ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo:
«Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».
José se levantó, tomó al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de Herodes para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta:
«De Egipto llamé a mi hijo».
Al verse burlado por los magos, Herodes montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de los magos.
Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías:
«Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes;
es Raquel que llora por sus hijos
y rehúsa el consuelo, porque ya no viven».
Reflexión del Evangelio de hoy
Dios es luz y en él no hay tiniebla alguna
Celebramos a los Santos Inocentes, fecha que nos invita a reflexionar sobre la pureza, la fragilidad de la vida y la inocencia. Este día nos pone frente a una paradoja: el dolor desgarrador de la injusticia y la promesa de la luz divina.
En la Palabra encontramos el enfrentamiento entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas. En la primera lectura, Juan nos recuerda que “Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna”. Aunque el mal parece tener poder en el momento, nunca podrá apagar la luz que Dios ha sembrado en el mundo. Jesús, el niño que Herodes temía, será el Salvador que transformará el dolor en esperanza y la muerte en vida.
Sin embargo, el Salmo 123 nos da palabras para el sufrimiento: "Nuestra alma escapó como un pájaro de la trampa del cazador". Este versículo nos invita a confiar en la protección de Dios, incluso cuando las circunstancias parecen insuperables. Los Santos Inocentes nos recuerdan que muchas veces los más vulnerables sufren a causa de la ambición y el pecado de otros. Hoy, también vemos esta realidad en los niños que enfrentan pobreza, violencia, y maltrato.
Este día es una invitación a escuchar el clamor de los inocentes en nuestro mundo y preguntarnos: ¿Qué hacemos para proteger y defender a los más vulnerables? ¿Cómo podemos ser luz en medio de las tinieblas?
Portadores de la luz que brilla en la oscuridad
El Evangelio de Mateo nos lleva a contemplar una escena profundamente trágica: Herodes, cegado por su miedo y ambición, ordena la muerte de los inocentes en un intento por eliminar a Jesús. Este acto nos confronta con la realidad de la maldad humana y las tinieblas que a veces dominan el mundo.
El texto no termina en el llanto de las madres de Belén. Aunque Herodes intentó apagar la esperanza, Jesús sobrevivió porque su misión era traer vida. En Él encontramos consuelo, justicia y la certeza de que el mal no tiene la última palabra. Y se vislumbra la obediencia pronta de José y de María, y la providencia amorosa de Dios sobre Jesús que, al aceptar la persecución y el destierro, comparten los sufrimientos de los hombres.
Nuestra fe nos llama a ser portadores de la luz que brilla en la oscuridad, especialmente hacia aquellos que más la necesitan. Pensemos ¿Cómo puedo reflejar la luz de Dios en mi vida cotidiana? ¿Estoy dispuesto a ser un defensor de los inocentes, incluso cuando requiere valentía y sacrificio?
Recordemos, en este día a los Santos Inocentes, víctimas del miedo y la ambición de los poderosos. Pidamos al Señor que nos dé un corazón sensible al sufrimiento de los más vulnerables y la valentía para actuar en su defensa. Que podamos ser luz en un mundo a menudo sumido en tinieblas, confiando siempre en su promesa de justicia y paz, sin olvidar que esta fiesta nos llama a ser guardianes de la inocencia y la justicia a nuestro alrededor.