Ene
Evangelio del día
“ Este es el Cordero de Dios ”
Primera lectura
Lectura de la primera carta de Juan 2, 29 – 3, 6
Queridos hermanos:
Si sabéis que él es justo, reconoced que todo el que obra la justicia ha nacido de él.
Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!
El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifiesta, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
Todo el que comete pecado quebranta también la ley, pues el pecado es quebrantamiento de la ley.
Y sabéis que él se manifestó para quitar los pecados, y en él no hay pecado.
Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no lo ha visto ni conocido.
Salmo de hoy
Salmo 97, 1bcde. 3cd-4. 5-6 R/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
Su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la salvación de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad, vitoread, tocad. R/.
Tañed la cítara para el Señor,
suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas,
aclamad al Rey y Señor. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Juan 1, 29-34
Al día siguiente, al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:
«Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dijo: “Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”. Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel».
Y Juan dio testimonio diciendo:
«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: “Aquel sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ese es el que bautiza con Espíritu Santo”. Y yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios».
Reflexión del Evangelio de hoy
Todo el que permanece en él no peca
El cristiano es el que ha conocido a Cristo, se ha encontrado con él y quiere vivir de la misma manera que Él. Los seguidores de Cristo no somos unos desconocido para el Padre somos hijos suyos, pues realmente “lo somos”.
Esta nuestra situación nos lleva a vivir ya en esta tierra como hijos suyos, pero podemos decir que no en plenitud que viviremos después de nuestra muerte y resurrección y entonces “seremos semejantes a él porque lo veremos tal cual es”.
En nuestra estancia terrena lucharemos por purificarnos para asemejarnos a él que es puro, por lo que evitaremos el pecado. San Juan no asegura que “todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido”.
Todo esto es lo que nos proporciona vivir en Cristo, en amistad con Cristo.
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo
Nos encontramos ante el testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús. Es bien claro afirmando que es superior a él. “Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Este es aquel de quien yo dije: Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo”.
Jesús es el portador de la salud, de la salvación que quita el pecado del mundo y de todos nosotros. Algo que necesitamos.
Insiste en que es superior a él: “es antes que yo”, “vi descender el Espíritu sobe él”, “doy testimonio de que es el Hijo de Dios”.
Jesús va más allá del bautismo de Juan pues “es el que ha bautizar con Espíritu Santo”. El resumen de la vida de Juan el Bautista está en su frase referida a Jesús: “Conviene que el crezca y yo mengüe”.