Mar
3
May
2011

Evangelio del día

Segunda Semana de Pascua

El que cree en mí, también hará las obras que yo hago

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15, 1-8

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados, y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.

Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se le apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.

Salmo de hoy

Salmo 18, 2-3. 4-5 R/. A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R/.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón,
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Juan 14, 6-14

En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás:
«Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí».

«Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».

Felipe le dice:
«Señor, muéstranos al Padre y nos basta».

Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre" ? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras.

En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».

Reflexión del Evangelio de hoy

Celebramos hoy la fiesta de los Apóstoles Felipe y Santigo, el menor. Ambos fueron seguidores cercanos del Señor a lo largo de su vida. Ambos también aparecen en varias ocasiones en los Evangelio y en las cartas paulinas. A Santiago se le conoció en los tiempos de la Iglesia primitiva, por ser el encargado de la comunidad de Jerusalén, es decir, el obispo.

En la primera lectura encontramos los primeros versículos del 1Cor 15. En este pasaje vemos como Pablo en pocas palabras hace un preciso resumen de la fe para los primeros cristianos. Pablo parece recordar a los cristianos de Corinto lo fundamental de la fe, debido a algunas a las malas interpretaciones que se estaban haciendo de Jesucristo. Pablo, sin dudar, afirma que mantenerse en esta fe es mantenerse en la Felicidad, en la Salvación. Mantenerse firmes en que en el Amor se encuentra nuestra Felicidad.

El fragmento evangélico que nos presente hoy la liturgia en la festividad de los apóstoles Felipe y Santiago, es uno de esos pasajes que necesitan ser leído varias veces para poder entender lo que nos quiere decir. Más allá de entender, comprender, lo que dice cada frase me parece interesante dejarse empapar por algunas de las frases o algunas ideas que nos sugiere el texto. Dos ideas me parecen interesantes resaltar:

Felipe lanza una petición a Jesús: “Muéstranos al Padre” Y Jesús le responde: ¿aún no me conoces?... Y es que puede que a veces nos quedemos con los aspectos más superficiales de nuestros interlocutores, con un pequeño gesto que nos llame la atención o nos haga reflexionar. Sin embargo, la experiencia de conocer a Jesús de Nazaret necesita de un periódico “vaciamiento” para poder llenar, de nuevo, la vida con la experiencia de la Divinidad que salva, que es el camino de la felicidad para los hombres y mujeres de este mundo.

Otra idea a la que nos invita el fragmento evangélico es a poner en práctica la fe. La fe no es sólo una cuestión de pensar, de reflexionar… hay que poner en obras nuestra fe para que sea podamos predicar al Resucitado no sólo con la Palabra, sino también con las obras.