Oct
Evangelio del día
“ Pedir, buscar, y llamar ”
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio 8, 7-18
Moisés habló al pueblo, diciendo:
«Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta saciarte y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Guárdate de olvidar al Señor, tu Dios, no observando sus preceptos, sus mandatos y sus decretos que yo te mando hoy.
No sea que, cuando comas hasta saciarte, cuando edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes en todo, se engría tu corazón y olvides al Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con serpientes abrasadoras y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con su maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no pienses: “Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas”.
Acuérdate del Señor, tu Dios: que es el quien te da la fuerza para adquirir esa riqueza, a fin de mantener la alianza que juró a tus padres, como lo hace hoy».
Salmo de hoy
Salmo 1 Crón 29, 10bc. 11abc. 11d-12a. 12bcd R/. Tú eres Señor del universo.
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad
porque tuyo es cuanto hay en el cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo
de ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 5, 17-21
Hermanos:
Si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo.
Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargo el ministerio de la reconciliación.
Porque Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirles cuenta de sus pecados, y ha puesto en nosotros el mensaje de la reconciliación.
Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no conocía el pecado, lo hizo pecado en favor nuestro, para que nosotros llegáramos a ser justicia de Dios en él.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 7, 7-11
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».
Evangelio de hoy en audio
Reflexión del Evangelio de hoy
Todo esto viene de Dios
Ciertamente nuestra sociedad ha ido evolucionando. De una sociedad principalmente agrícola hemos pasado a una sociedad donde la industria, en muchos lugares, ocupa un puesto importante. De todas las maneras, es claro que en todas las naciones seguimos alimentándonos y disfrutando de los frutos del campo.
Esta fiesta de las témporas de acción de gracias está colocada a primeros de octubre, un tiempo donde se recogen las cosechas y se preparan las del próximo año. Es un buen momento para dar gracias a Dios por esos frutos del campo. Y para recordarnos una gran verdad: nuestra vida depende de Dios. Para empezar, no somos nosotros quien nos hemos dado la vida, ha sido él quien nos la ha regalado. Es él el que nos regalado la tierra, de donde podemos obtener los diversos frutos. La primera lectura nos insiste en que no podemos olvidar al dador de todo lo que disfrutamos y creernos que somos nosotros los únicos artífices de lo que vamos consiguiendo. “No digas; por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas. Acuérdate del Señor tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas”.
Pedir, buscar, y llamar
A nosotros, como nos dice el evangelio de hoy, nos toca conjugar en primera persona tres verbos muy importantes: pedir, llamar y buscar. Nos toca pedir para que el Señor nos dé lo pedido. Nos toca buscar, siempre en la línea de la buena noticia, para que el Señor nos haga encontrar lo buscado. Nos toca llamar para que el Señor nos abra… nos abra a todos los regalos que él está dispuesto a ofrecernos. Jesús nos asegura que nuestro Padre Dios siempre está al acecho para darnos “cosas buenas a los que le piden”.
Es claro que esa fiesta es una buena oportunidad para dar gracias a nuestro Dios por todos los regalos que nos hace continuamente.