Jue
7
Ene
2010

Evangelio del día

Y este es su mandamiento; que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó.

Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 3, 22 – 4, 6

Queridos hermanos:
Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Queridos míos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo.
En esto podréis conocer el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo.
Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios.
Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha.
En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error.

Salmo de hoy

Salmo 2, 7-8. 10-12a R/. Te daré en herencia las naciones

Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo:
te daré en herencia las naciones;
en posesión, los confines de la tierra». R/.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando. R/.

Evangelio del día

Lectura del santo evangelio según san Mateo 4, 12-17. 23-25

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,
camino del mar, al otro lado del Jordán,
Galilea de los gentiles.
El pueblo que habitaba en tinieblas
vio una luz grande;
a los que habitaban en tierra y sombras de muerte,
una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curó.
Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.

Reflexión del Evangelio de hoy

  • “Este es su mandamiento, que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo”

    Aun resuenan los aíres navideños en el ambiente: Cristo , que en Belén se manifestó al Pueblo de Israel, y en la Epifanía a todos los pueblos de la tierra.  Hoy sigue manifestándose a todos los que le buscan y se acercan a él.

    Según la lectura que hemos escuchado, la respuesta del hombre a esta manifestación consiste en creer y vivir de acuerdo con esta fe.

    El encuentro con la Palabra hecha carne, es  encuentro con una persona Cristo, principio y fin de todas las cosas. Ese encuentro debe hacernos vivir en sintonía con “convertirse es volver al amor de Dél, que pasó por el mundo haciendo el bien.   Nuestra fe  en Jesucristo  debe ir acompañada de nuestro hacer según él: “Que nos amemos unos a otros tal como él nos mandó”.

    En Belén, Jesús,  manifestó al mundo el amor eterno del Padre y quiere que nosotros sigamos manifestando ese  amor a todos los hombres.

    ¨Cristo: ¿ puede contar contigo para seguir amando.?

  •   “  conversión es la  vuelta al amor de Dios y de los hermanos”

Jesús anuncia que el Reino está cerca. Solo el que ama de verdad experimenta en sí la cercanía de Dios y trata de ayudar a los hermanos; hay tantas enfermedades y dolencias en n nuestro ambiente.

    Si cada día buscamos como ayudar, consolar, alegrar a alguien como lo hizo Jesús curando a cuantos necesitaban, sentiríamos  en el mundo, que el Amor de Dios, el Reino de Dios, está entre nosotros. Los santos lo vivieron así.

Hoy la Iglesia nos presenta un gran Santo: Raimundo de Penyafort,  como buen dominico,   dedicado al estudio, conocimiento que empleó para hacer el bien a los demás.

Se preocupó por enseñar la verdad de Cristo, de modo especial a quienes a veces la combatían en su tiempo: hebreos y musulmanes; cultivó la cercanía  con los pobres defendiendo siempre la causa de los oprimidos. Podemos decir que se adelantó a nuestro tiempo buscando el encuentro de cuantos creemos en un solo Dios.

Encomendamos a él nuestra orden y pedimos que en ella no falten santos y sabios