Dic
Evangelio del día
“ Levántate y echa a andar ”
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 35, 1-10
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrará la estepa y florecerá, germinará y florecerá como flor de narciso, festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes; decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite, la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará.»
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo, y cantará la lengua del mudo, porque han brotado aguas en el desierto y corrientes en la estepa. El páramo se convertirá en estanque, el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto. Lo llamarán «Vía sacra». Los impuros no pasarán por él. Él mismo abre el camino para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella y por ella retornan los rescatados del Señor. Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría. Quedan atrás la pena y la aflicción.
Salmo de hoy
Salmo 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará
Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.
La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.
El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
Y sus pasos señalarán el camino. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 5, 17-26
Un día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús.
Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios.
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».
Evangelio de hoy en audio
Reflexión del Evangelio de hoy
La presencia de Yawe suscita la esperanza en su pueblo
Comenzamos la segunda semana del Adviento. Segunda semana que la Palabra de Dios nos invita a celebrar el acontecimiento de la humanización de Dios invitándonos a despertar a nuestro mundo, un tanto cansado y agobiado con tantas noticias increíbles y sorprendentes. Nos invita a la confianza y esperanza en Dios.
Cuando preparaba esta reflexión estamos en plena tragedia que la Dana acababa de producir en la región de Valencia. Me sorprendieron diversas frases pronunciadas por la gente voluntaria y solidaria que estaban colaborando en las diversas tareas Las frases eran:” Queremos que esta gente recobre la esperanza” Quiero que la gente piense que puede tener esperanza y esa esperanza les llegaba por la solidaridad que estábamos mostrando ante la desgracia.
El Profeta Isaías, profeta del Adviento, en todo su largo libro, continuamente y con diversas expresiones está invitando al pueblo a la esperanza que Dios suscita en su pueblo, a pesar de las desgracias, porque sigue presente y consolando y ayudando al pueblo, pero, el pueblo tiene que fortalecer su confianza en Él.
Con diversas imágenes tomadas de la vida campestre: El yermo que se convierte en vergel; el agua que brota en el desierto. Otras tomadas de la vida humana: manos débiles con vigor; rodillas vacilantes que se afianzan; cobardes que recobran el valor. Todo invita a la esperanza. Todo es una invitación a la esperanza.
Tus pecados te son perdonados. Levántate y echa a andar
Preparar la Navidad, desde la fe supone entrenamiento y esfuerzo. La Iglesia tiene que entrenarse para llevar y presentar a Jesús, a todos los paralizados existentes en nuestra sociedad. Están paralizados e impedidos por el miedo, por la cobardía, por la indiferencia, por el excesivo materialismo. Como seguidores de Jesús tenemos que, superando todos los obstáculos, presentarlo al Señor, ponerlos delante de Él. Pero, primero tiene que estar en medio de nosotros, pues será Él quien mueva a los creyentes a abrir caminos a la esperanza y así preparar para el año 2025, año de “Jubileo de la Esperanza”.
Una vez presentes ante Jesús, Dios humanizado, escucharan sus palabras y su encuentro les liberará de todos los males. Libera a los agobiados por la intervención de los camilleros. Jesús perdona las parálisis que nos atan a tantas comillas que nos retienen.
Para celebrar la Navidad Jesús, nos convoca a convertirnos en comunidad que lleve a Cristo a quienes están o estamos paralizados; agobiados por tanto mal existente a nuestro alrededor que parece que vamos perdiendo la ilusión y la esperanza. Es en Jesús y con Jesús con quien recobramos la esperanza como la recobró el paralitico de nuestra narración. Jesús, hecho hombre como nosotros, es el que cura, el que perdona, el que provoca nuevos ánimos y nuevas ilusiones. Jesús es tan generoso que da más de lo que pedía el paralitico, no sólo curó su parálisis, sino que le dio la salud interior. Él ofrece la liberación integral de la persona.
¿Cuántas rodillas vacilantes y manos temblorosas hay también hoy? ¿Tal vez las tuyas? ¿Tal vez las mías? ¿Cuántas personas sienten miedo o se encuentran desorientadas? ¿Tal vez tú o yo?
Cristo Jesús con su venida quiere curar nuestros males y sacarnos de nuestra situación, para que pasemos a abrir caminos de esperanza en nuestra sociedad. De ahí el lema de todo aviento: “Levantad vuestra cabeza, llega vuestra liberación”.
Pidamos en este adviento que la fuerza de la presencia de Jesús nos lleve a ser camilleros de esperanza.