Ago
Evangelio del día
“ Le hablaré al corazón ”
Primera lectura
Lectura de la profecía de Oseas 2, 16b. 17de. 21-22
Esto dice el Señor:
«Yo la llevo al desierto, le hablo al corazón.
Allí responderá como en los días de su juventud,
como el día de su salida de Egipto.
Me desposaré contigo para siempre,
me desposaré contigo
en justicia y en derecho,
en misericordia y en ternura,
me desposaré contigo en fidelidad
y conocerás al Señor».
Salmo de hoy
Salmo 44 R/. Llega el Esposo; salid a recibir a Cristo, el Señor.
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor R/.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras. R/.
Las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
A cambio de tus padres, tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra. R/.
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,1-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:
«El reino de los cielos se parece a diez vírgenes que tomaron sus lámparas y salieron a encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco eran prudentes.
Las necias, al tomar las lámparas, no se proveyeron de aceite; en cambio, las prudentes se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas.
El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron.
A medianoche se oyó una voz: “¡Que llega el esposo, salid a su encuentro!”.
Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas.
Y las necias dijeron a las sensatas:
“Dadnos de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas”.
Pero las prudentes contestaron:
“Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis”.
Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta.
Más tarde llegaron también las otras vírgenes, diciendo:
“Señor, señor, ábrenos”.
Pero él respondió:
“En verdad os digo que no os conozco”.
Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora»
Reflexión del Evangelio de hoy
“Le hablaré al corazón”
“Yo la cortejaré, me la llevaré al desierto, le hablaré al corazón”. Eso fue lo que hizo Dios con Edith Stein. De familia judía, convertida al catolicismo, monja carmelita, brillante filósofa, codeándose con los mejores filósofos de su tiempo, luchadora por los derechos de la mujer, viviendo las dos grandes guerras mundiales, deportada por ser judía al campo de concentración de Auschwitz, donde fue ejecutada. A través de las mil vicisitudes que vivió, Dios la cortejó, le habló a su corazón. Así resumía ella su vida: “Lo que no estaba en mis planes estaba en los planes de Dios. Arraiga en mí la convicción profunda de que -visto desde el lado de Dios- no existe la casualidad; toda mi vida, hasta los más mínimos detalles, está ya trazada en los planes de la Providencia divina y, ante los ojos absolutamente clarividentes de Dios, presenta una coherencia perfectamente ensamblada”. Es lo mismo que podemos afirmar todos nosotros, seguidores de Jesús. Dios, nuestro Padre, cuida de nosotros, hasta “los cabellos de nuestra cabeza los tiene contados”.
“¡Que llega el esposo!”
Santa Teresa Benedicta de la Cruz, su nombre como monja carmelita, siempre buscó, siempre esperó con ansia al Esposo, del que nos habla el evangelio de hoy. Desde su fe judía, poco a poco, se fue acercando al catolicismo. En el verano de 1921, cayó en sus manos la autobiografía de Teresa de Ávila. Después de leerla durante toda la noche, afirmó: “Cuando cerré el libro, me dije: esta es la verdad”. Y después de un cierto tiempo, ingresó en las carmelitas contemplativas.
¿Cómo podemos leer los cristianos de hoy esta parábola del reino de Dios y las diez doncellas? Hace tiempo que el Esposo, que Cristo Jesús ha llegado a nuestra vida, nos ha seducido, nos ha invitado a seguirle, hemos prometido seguirle donde quiera que vaya. Lo nuestro, cada mañana, al despertar la aurora, es mantenernos en contacto con él, agudizar nuestro oído para escuchar sus palabras de vida, es abrirle, más y más, nuestro corazón, para que se apodere de él, y sea el rey y señor de nuestra vida, el que rija y dirija nuestro pasos.
Edith Stein, posteriormente Teresa Benedicta de la Cruz, nació en la ciudad alemana de Breslavia el 12 de octubre de 1891. Falleció en Auschwiitz el 9 de agosto de 1942. Juan Pablo II la canonizó el 11 de octubre de 1998. Es copatrona de Europa.