Sáb
1
Nov
2014

Homilía Todos los Santos

Año litúrgico 2013 - 2014 - (Ciclo A)

Qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos

Introducción

La fiesta de hoy es una fiesta de la alegría, del optimismo y de la esperanza. De la alegría, porque celebramos el triunfo y la gloria de esa multitud innumerable de personas que ya gozan de Dios y, al mismo tiempo, desde Dios siguen en contacto con nosotros como intercesores y como estímulo de vida. Ellos son el mejor fruto de la Pascua de Cristo, y quieren vernos a nosotros también asociados a su triunfo.

Del optimismo, porque nosotros lo mismo que ellos, siendo fieles al Espíritu Santo, podemos llegar a la meta, a nuestra plenitud en Dios y gozar eternamente de su gloria y de su paz.

De esperanza, porque ellos fueron hombres y mujeres como nosotros que, viviendo su vida ordinaria al ritmo de la voluntad de Dios, en circunstancias a veces mucho más difíciles que las nuestras, pudieron alcanzar la misma santidad a la que todos estamos llamados.

Es, además, una fiesta que, asociada en la liturgia y en la tradición a la conmemoración de los fieles difuntos, nos ofrece la oportunidad de recordar a los seres queridos que nos han dejado y de encomendarles a los ya glorificados, a los santos. Con ellos, todos forman la nueva humanidad convocada en el Cielo para una eternidad dichosa. Y, con unos y otros, nosotros en este día somos invitados a vivir y celebrar “la comunión de los santos”.