Feb
Homilía Domingo cuarto del Tiempo Ordinario
Año litúrgico 2008 - 2009 - (Ciclo B)
“ Les enseñaba con la autoridad del amor ”
Introducción
Se atribuye a un estadista español la afirmación de que si, como la Iglesia, dispusiera él de todos los púlpitos para hablar y propagar sus propias ideas políticas, se consideraría el hombre más afortunado. Es cierto, a condición de que se pudiera decir de él, como de Jesús, que “hablaba con autoridad”, es decir, con convicción. De otra forma, no estaría tan garantizado su éxito.
Esta es nuestra encomienda. Como Jesús en la sinagoga de Cafarnaúm, usar el púlpito, la cátedra, la escuela, la web, para continuar su enseñanza, “no como los letrados, sino con autoridad”, con seguridad, convencimiento y persuasión. A Jesús se le notaba la autenticidad de su Palabra, se veía que era distinta y, por eso, atraía y convencía.
Pero, como Jesús, además de predicar con autoridad, hay que dar trigo. Él hablaba y curaba, y también su actuación provocaba el asombro y el comentario de que algo nuevo y extraordinariamente bueno estaba llegando a ellos
Entre las muchas características de la Palabra de Jesús, y que debería tener análogamente la nuestra, sobresale la sinceridad, dentro del máximo respeto y honradez. Por ella, por decirla y mantenerla, murió el mismo Jesús, y lo había hecho antes Juan. Por esta misma autenticidad, murió más tarde Tomás Becket, Martin Luther King, y muchos otros. Ese fue el precio de su coherencia y el que puede tener la nuestra.