Abr
Homilía Jueves Santo
Año litúrgico 2009 - 2010 - (Ciclo C)
“ Haced esto, cada vez que lo toméis, en memoria mía. ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
1. Pascua judía y Pascua de Cristo
El triduo Pascual celebra el paso de la muerte a la vida, morir con Cristo al pecado para renacer con él a la vida de la gracia.
La Primera Lectura de hoy, nos recuerda la Pascua Judía, Cristo, en el primer Jueves Santo de la historia, se reunió con los apóstoles para celebrar la Pascua. En ella, los judíos hacen memoria de los hechos de liberación realizados por YHWH a favor del pueblo de Israel, para pasar de la esclavitud de Egipto a la libertad de los hijos de Dios, aquella pascua es solo una imagen de nuestra liberación . Cristo desea celebrar esta Pascua ardientemente, Él mismo lo dice:”Ardientemente he deseado celebrar con vosotros esta Pascua” En ella, como recuerda la oración inicial de este día, Cristo, antes de de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el Banquete de su amor, el sacrificio nuevo de la alianza eterna.
2. La Eucaristía., el banquete del Cordero pascual
El cordero Pascual, que se inmola al Padre sellando la Nueva y Eterna Alianza, es lo que la Iglesia celebra desde los primeros días de su nacimiento la Eucaristía Así nos lo recuerda la 2ª lectura, tomada de la Carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 11,23-25).
La pascua judía era el rito del paso de la esclavitud a la libertad. Nuestra Pascua, la Pascua de Cristo es el tránsito del pecado a la vida de la gracia, de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz, del hombre viejo al hombre nuevo. La sangre de Cristo canceló toda la deuda que la humanidad tenía con Dios, por eso, la Iglesia, ha hecho del misterio Pascual, celebrado en la Eucaristía, el centro del culto cristiano. Nos reunimos para comer el cuerpo de Cristo y beber su Sangre, verdadero y único cordero de la Nueva Alianza, Cordero pascual y anunciamos su muerte y resurrección hasta que vuelva.
3. El sacramento de la entrega de la vida por amor
Celebración de entrega y comunión fraterna, que se traduce en servicio según el ejemplo de Cristo: En el evangelio del lavatorio de los pies nos enseña: “Si yo, que soy vuestro maestro y Señor, os he lavado los pies, así también debéis lavaros los pies unos a otros”.
Este día es verdaderamente el día del Amor: Cristo se entrega por Amor al Padre y a la humanidad, pero a la vez, nos recuerda que, los que queremos seguirlo, hemos de vivir este amor, por eso nos dejó su testamento: “Este es mi mandamiento, que os améis unos a otros como yo os he amado, en esto, en el amor que os tengáis unos a otros, conocerá el mundo que sois mis discípulos”.
Durante estos días Santos, procuremos vivir en recogimiento de acción de gracias por su amor y reflexionemos si verdaderamente los que nos rodean, conocen que somos cristianos por el amor que les tenemos.