Dom
1
Jul
2012

Homilía XIII Domingo del tiempo ordinario

Año litúrgico 2011 - 2012 - (Ciclo B)

Ven, pon las manos sobre ella para que se cure y vivirá.

Pautas para la homilía de hoy

Reflexión del Evangelio de hoy

1. Podríamos ir analizando uno por uno los milagros que Jesucristo hizo a lo largo de su vida, y en ningún caso encontraríamos que Jesús haya hecho un milagro:

- Por el prurito de hacerlo
- Por ostentación
- Simplemente porque él tenía el poder de hacer milagros y los hacía
- O para decir ahí queda eso: a ver quién lo supera o lo iguala

2. Jesús con sus milagros siempre sale al paso

- De una necesidad
- Una angustia
- Un dolor

3. Un día curará:

- a un cojo
- un paralítico
- un sordomudo
- un ciego
- un leproso

Los milagros de Jesús siempre van encaminados a remediar una miseria humana.

4. Es que Jesús tenía un corazón sumamente compasivo, un corazón que se dejaba golpear y herir por el sufrimiento de sus compueblanos.

5. Pero el motivo por el que Jesús hace los milagros no es solo la compasión, sino también la Fe de la persona o personas que podían ser favorecidas por ese milagro.

6. Jesús comenzó a predicar y a hacer milagros en Cafarnaún. Y después pasó a su tierra: Nazaret. En Nazaret habían oído hablar de los milagros que había hecho en Cafarnaún, y le dicen en plan de sorna: haz también aquí alguno de esos milagros que dicen que has hecho en Cafarnaún. Y dice el Ev. que allí no pudo hacer ningún milagro por su falta de fe.

7. A los de Nazaret les ocurría lo que a aquella viejecita que no tenía devoción a un san Antonio que habían hecho de un cerezo que había crecido en la plaza del pueblo.

8. Bueno, aquí hay dos milagros motivados por la fe:

- de la hemorroisa: Ella se decía: si consigo tocarle seguro que me curo
- de Jairo arrodillado a sus pies: Mi niña está en las últimas. Ven, pon las manos sobre ella para que se cure y vivirá.

9. Aquí no se advierte ni el más leve resquicio de vacilación o de duda. Y cuando Jesús encuentra una fe total en su persona, el milagro es prácticamente cosa hecha.

- En el caso de la hemorroisa la cosa está absolutamente clara. Es tan grande la fe que tiene esta mujer en los poderes de Jesús para curarla, que el milagro se produce sin que él mismo sea consciente de ello, y solamente se da cuenta del milagro cuando nota que ha salido energía de él. La mujer termina arrodillándose a sus pies por haberse comportado de esta manera. Y Jesús la despide diciéndola: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud”.
- El caso de Jairo responde también a una fe total en la persona de Jesús. Se pone de rodillas para pedirle que imponga las manos sobre su hija para que se cure y viva. Y cuando les avisan de que ha muerto la niña y el padre se queda desolado, Jesús le da ánimos diciéndole: No temas, basta que tengas fe. El milagro de la resurrección se produjo. Esto quiere decir que la fe del padre fue suficiente para que se produjera este milagro.

10. Y no estará de más advertir aquí que la palabra resurrección aplicada a la niña no tiene el mismo sentido que la resurrección en el caso de Jesús.

- En el caso de la niña es más bien una reanimación o una vuelta a la vida que tenía antes. Esta niña, a su debido tiempo, tuvo que morir como tuvo que morir Lázaro y el hijo de la viuda de Naín.
- El caso de la Resurrección de Jesús es distinto. Jesús salió del sepulcro con la fuerza de un meteoro, cruzó la línea divisoria de la muerte y de la vida y se quedó de la parte de la vida para siempre. Jesús ya no muere más y la muerte no tiene ya ningún dominio sobre él.
- Las curaciones y resurrecciones que Jesús realizó en su vida eran precisamente el signo y el anuncio de que él estaba en posesión de una vida mucho más pujante y mucho más fuerte, la vida de su propia Resurrección.

11. Una resurrección de la que vamos a participar también nosotros, porque el Bautismo de Cristo no solo nos ha incorporado a su muerte y sepultura, sino que nos ha incorporado también a su resurrección.

- Para nosotros la muerte no es el adiós definitivo y terrible a todas las cosas y personas que hemos amado con todas las fuerzas de nuestro corazón.
- Para nosotros la muerte no es el final del camino, nuestro destino es vivir. La muerte es el paso a una vida mejor. La vida no termina con la muerte, solamente se transforma, y al deshacerse nuestra morada terrenal adquirimos una mansión eterna en el Cielo
- Ni el ojo vio ni el oído oyó ni el corazón humano ha podido presentir las cosas que Dios tiene preparadas para aquellos que le aman.

12. Y el fundamento de todas estas cosas tan hermosas que nos esperan está en la Resurrección que Jesús anuncia ya aquí curando a la hemorroisa y resucitando a la hija de Jairo.

13. Quiere decirse que la vida cristiana no se entiende sin la Resurrección. La Resurrección está tocando la esencia misma de la vida cristiana.

- Por eso decía san Pablo a los corintios: he oído decir que algunos de vosotros andan diciendo por ahí que los muertos no resucitan. Pues bien, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó, ya que los muertos no resucitan. Pero si Jesucristo no resucitó somos los más desgraciados de todos los hombres, vana es nuestra fe y todavía estamos en nuestros pecados.
- ¿Por qué? Porque hemos puesto nuestra esperanza en un muerto. Y ¿qué nos puede hacer un muerto? Nada.
- Pero si Jesucristo ha resucitado, él nos ha dado la mejor garantía y la mejor esperanza de que vamos a resucitar un día también con él y como él.
- Esta curación de la hemorroisa y la resurrección de la hija de Jairo nos hablan ya de la vida sin trauma y sin dolor y de completa felicidad que nos espera después de esta vida.