Ago
Homilía XVIII Domingo del tiempo ordinario
Año litúrgico 2020 - 2021 - (Ciclo B)
“ Yo soy el pan de vida ”
Introducción
El pueblo de Israel, en su travesía del desierto hacia la libertad de la tierra prometida, experimentó múltiples incomodidades y se quejó amargamente de ellas. Ante las dificultades y la incertidumbre de su peregrinar por el desierto, el pueblo añora incluso las pobres seguridades que disfrutaba en su vida de de esclavitud. En realidad, no se quejan de Moisés, se quejan de Dios, y comienzan a dudar de sus promesas.
El Señor quiere enseñar al pueblo de Israel a contemplar su historia con ojos de fe. A que estén abiertos a las promesas y a las sorpresas de Dios. Pero con frecuencia el hombre prefiere aferrarse a sus pobres seguridades más bien que confiar en las promesas del Señor. Con el maná como anuncio profético de un alimento mucho más precioso, Dios asegura que siempre cumplirá sus promesas y que nunca defrauda a quien pone su confianza en él.
También a nosotros, como a la multitud que comió el pan milagroso, Jesús nos exhorta a ensanchar nuestro horizonte y procurar en primer lugar el pan que no perece, ese pan que Jesús identifica con su persona.
Cada vez que nos reunimos para celebrar la Eucaristía revivimos el bautismo que ha puesto en nuestro corazón la semilla del hombre nuevo, que no se sacia con el pan material, y menos aún con el alimento vulgar de pasiones engañosas, sino que se alimenta de toda palabra que sale de la boca de Dios.