Abr
Homilía II Domingo de Pascua
Año litúrgico 2014 - 2015 - (Ciclo B)
“ Señor mío y Dios mío ”
Pautas para la homilía de hoy
Reflexión del Evangelio de hoy
La gran fiesta de la Pascua tiene sus cuarenta días (Cuaresma) de preparación mediante la penitencia, la limosna y la oración para poder llegar a este tiempo de gracia y de vida nueva que son los cincuenta días (Cincuentena) pascuales. Tiempo fuerte en el que la Iglesia nos invita a que maduremos en nuestra fe, sintamos más íntimamente nuestra pertenencia a la Comunidad, y nos comprometamos con la gran misión que tenemos de hacer que nuestra fe ayude a la humanidad.
La noticia
La NOTICIA: ¡Cristo ha resucitado! es la que nos impulsa a vivir la fe en Comunidad: Cristo, el Crucificado, vive y se hace presente en su Iglesia.
Los textos de la Palabra de Dios que se proclaman en este domingo nos dan la clave de lo que ha significado el gran anuncio de la resurrección y el poder experimentar la presencia del resucitado en el que reconocían también al crucificado.
Crea la Comunidad
Este acontecimiento hizo de un pequeño grupo de hombres vulgares y llenos de miedo, e incluso, como Tomás, que no creía en lo que los hermanos testificaban como algo vivido por ellos: “¡hemos visto al Señor!”. Este encuentro con Jesús resucitado engendra la Comunidad:”Todos pensaban y sentían lo mismo”. De esta forma transformadora además de darse la comunión de vida, nace la misión y la verdadera comunicación de bienes: “Nadie pasaba necesidad y daban testimonio con mucho valor”.
La fe que vence al mundo
Tal es el cambio radical que operó en los discípulos la fe en la Resurrección que Juan en su primera carta nos anima a los cristianos de todos los tiempos a vivir esta experiencia de la Resurrección como un “nuevo nacimiento” que es obra de Dios y nos capacita para “vencer al mundo”.
La celebración de la Eucaristía, lugar privilegiado para el encuentro con el Resucitado
El texto evangélico (Jn 20,19-31) no hay que leerlo como una narración histórica de los acontecimientos. Es una verdadera meditación pascual que la comunidad cristiana hace en el día que se reunían para celebrar la eucaristía.
Esta celebración de la Eucaristía en el día del Señor (el domingo) es el lugar privilegiado del encuentro con el Resucitado para aquellos que creen en él sin haberle visto. Y el mismo Jesús les declara bienaventurados.
Tomás después de experimentar el encuentro con el Señor se da cuenta de que Jesús es su Señor y su Dios. Reconoce la divinidad de Jesús de Nazaret: “Señor mío y Dios mío”.
Le Fe se vive en Comunidad
Las Lecturas de este domingo nos invitan a interpelarnos sobre el modo cómo vivimos nuestra FE. La noticia de la Resurrección ¿nos impulsa a vivir la fe reconociendo a Jesús como nuestro Señor y nuestro Dios? Es más ¿nos ayuda a vivir esta fe en la COMUNIDAD? ¿Tenemos conciencia de nuestra pertenencia a la Iglesia? No podemos separar la vivencia de nuestra fe de la pertenencia a la Comunidad. Con esta doble actitud podemos recibir, como la primera comunidad, la paz, la fuerza del Espíritu y el envío, para que esta fe sea la que “vence al mundo”.
En resumen, la Noticia crea la Comunidad, quita los miedos y somos enviados por la fuerza del Espíritu a comunicar la paz y el perdón de los pecados que nos comunica Cristo resucitado a través de su vida, pasión, muerte.